El pasado fin de semana la Marxa des Güell a Lluc a Peu rindió un homenaje al comandande José Domingo, el jefe de la Guardia Civil de Tráfico fallecido el pasado mes de mayo a los 42 años. Su familia cedió sus botas para que sacaran un molde, que se ha colocado en una placa en el punto de salida en Palma, en reconocimiento a sus esfuerzos durante los años que estuvo al frente de Tráfico para garantizar la seguridad de los marxaires. Ante esta iniciativa, el padre del comandante, también guardia civil y a punto de cumplir 71 años, decidió participar en la marcha de este año.

José Domingo Segovia salió a las once de la noche de la plaza des Güell y llegó a las nueve de la mañana a Lluc. Durante el trayecto de 45 kilómetros estuvo muy bien escoltado por tres buenos amigos, también guardias: el mayor Juan Rodríguez y los agentes Toni Turrión y Manuel Ruiz. A su llegada al santuario los cuatro fueron a ver la imagen de la Virgen en un ambiente muy emotivo y con el recuerdo del comandante fallecido muy presente.

Impunidad en Sóller

Sóller

Domingo, tres y media de la madrugada. Un grupo de jóvenes está junto al coche de uno de ellos, aparcado en el Port de Sóller, cuando otro turismo se dirige hacia ellos a toda velocidad. Está a punto de arrollar a uno de los chicos, pero en el último momento da un volantazo. Choca contra una de las puertas del vehículo, que queda destrozada. La conductora, sin embargo, no se detiene. Sigue su camino y los afectados deciden ir tras ella. La persiguen varios kilómetros hasta que, ya en Sóller, consiguen cerrarle el paso y logran que se detenga. Da la impresión de que lleva muchas copas de más.

Aparece entonces una patrulla de la Guardia Civil, que tras ser informada de lo ocurrido, conmina a las partes a hacer un simple parte amistoso por la colisión y se marcha.

Poco después llega la Policía Local de Sóller. Uno de los agentes conoce a la conductora. También él sospecha que va ebria, pero se limita a darle un consejo: "Deja el coche ahí aparcado y vete andando, que como te haga soplar va a explotar la máquina".

Pese a la indignación del dueño del coche contra el que chocó la joven, que insiste en que le hagan la prueba de alcoholemia, los agentes se van sin hacer trámite alguno. Al cabo de unos minutos, la chica vuelve a montar en su vehículo y se marcha conduciendo.

Más seguridad

En los juzgados de Vía Alemania se están reforzando las medidas de seguridad. Hace unas semanas, una delegación del ministerio de Justicia revisó el edificio y comprobó que había algunas deficiencias. En los últimos días se están instalando numerosas cámaras de seguridad por todo el inmueble para que los vigilantes puedan controlar los puntos que hasta ahora estaban ciegos.