"¡Apartaos, esto no va con vosotros. Voy a partir la cabeza a este hijo de p..!". Estas palabras las pronunció un preso de la cárcel de Palma la mañana del sábado mientras esgrimía unas mancuernas del gimnasio y se dirigía hacia el patio. Allí tuvo lugar una violenta agresión multitudinaria entre cuatro internos violenta agresión multitudinaria entre cuatro internosdespués de que un recluso le quitara la silla a otro. Uno de ellos sufrió una gran herida en una ceja de la que brotó abundante sangre. Los funcionarios tuvieron que esposar y trasladar a seis reos durante la violenta refriega.

Los incidentes, ade, se iniciaron sobre las diez y cuarto de la mañana del sábado en el patio del módulo 13 del Centro Penitenciario de Palma. Está considerado el más peligroso, ya que alberga los internos más conflictivos y multirreincidentes.

Al parecer, la reyerta se inició entre dos reclusos -uno español de etnia gitana y otro de origen chileno- después de que el primero le quitara, supuestamente, una silla al otro. El sudamericano aludió a los muertos y a la madre del gitano. Los ánimos no tardaron en encresparse.

A continuación, una violenta pelea se desató en el patio. Los reos esgrimieron barras de pesas, otros dos reos se sumaron al enfrentamiento. Cada uno de ellos apoyó a un contendiente, uno de ellos era chileno y el otro sudamericano.

Un caos total se desató en pocos minutos en el patio del módulo 13, con varios altercados simultáneos. Los funcionarios reaccionaron de inmediato y echaron a correr para reducir a los internos. Tuvieron que utilizar la fuerza física y esposar a estos cuatro participantes en la pelea.

El considerado instigador del conflicto fue conducido a aislamiento provisional desde el primer momento. Luego se aplicó el mismo procedimiento con otro de los implicados.

Arrojando sillas a otros reos

Cuando los funcionarios entraron en el gimnasio se toparon con el interno que profería amenazas mientras esgrimía pesas. Se las retiraron y le trasladaron a aislamiento. Por fortuna no hubo ningún funcionario de la prisión que resultara herido.

También se extremó la vigilancia en otros puntos del recinto penitenciario. En la escuela de la prisión se intervino a un interno un pincho carcelario, compuesto por una varilla de acero de unos diez centímetros con mango de madera. El poseedor también fue enviado a aislamiento.

Sin embargo, la agitada jornada no acabó ahí. El primer altercado se había iniciado como consecuencia de que un recluso le había retirado la silla a otro y este le había increpado. Unas horas más tarde, un interno comenzó a romper sillas en el módulo 13 y las arrojó contra otros reos. "¡Esto es una injusticia. Me cago en tus muertos, nos tendremos que encargar nosotros!", espetó. Los funcionarios también le esposaron y le condujeron a aislamiento.

Este nuevo incidente ha exasperado a muchos funcionarios ante el progresivo crecimiento de la población reclusa y la progresiva merma de empleados públicos en la prisión palmesana.

En las próximas semanas, según la denuncia de algunas organizaciones sindicales, está previsto una serie de movimientos en el personal del Centro Penitenciario de Palma, que se traducirán en 25 vacantes de trabajadores que quedarán sin cubrir. Una de las principales reivindicaciones es un incremento del complemento de insularidad en Balears para garantizar una mayor estabilidad de la plantilla.