La Policía Local de Palma arrestó el martes por la mañana a un conductor ebrio que estuvo a punto de arrollar al operario de una grúa, derribó la moto de un agente y se dio a la fuga en Cala Major. El hombre, un ciudadano de Costa de Marfil de 27 años, fue interceptado poco después y dio un resultado de 1,14 en la prueba de alcoholemia a la que fue sometido. Quedó arrestado por tres delitos contra la seguridad vial: por la conducción irregular, por negarse a hacer la segunda prueba de alcoholemia y por circular sin carné, ya que lo tenía retirado porque había perdido todos los puntos del permiso.

Los hechos ocurrieron a las nueve de la mañana en la calle Miquel Codola, en Cala Major. Dos motoristas de la Policía Local de Palma habían solicitado una grúa para retirar un coche de alquiler que estaba aparcado en la vía pública. Mientras supervisaban el traslado de este vehículo oyeron el chirriar de unas ruedas y vieron un coche blanco con un ocupante que venía de la autopista y se dirigía hacia ellos de una forma errática, con constantes derrapes y en zig-zag.

Cuando el turismo llegó a su altura estuvo a punto de arrollarles. Los policías se apartaron y el operario de la grúa tuvo que saltar entre dos coches aparcados para esquivarlo. El vehículo derribó una de las motos de los polícías, y prosiguió su marcha.

Los dos policías fueron en persecución del coche -uno de ellos tras levantar su moto, que había quedado tirada en el suelo- y le interceptaron poco después. El conductor había realizado otra maniobra prohibida, ocupando el carril izquierdo, en un intento de girar para volver a la autopista. Los agentes le conminaron a que apagara el motor y notaron de inmediato que estaba bebido. "Se me ha ido el coche", les comentó a modo de disculpa.

Se trataba de un ciudadano de Costa de Marfil de 27 años. Fue sometido a una primera prueba de alcoholemia, que dio un resultado positivo, de 1,14, más de cuatro veces superior a la tasa máxima permitida. Sin embargo el hombre se negó a realizar la segunda prueba unos minutos después, con lo que el test no es válido, pese a que los agentes le advirtieron de que le imputarían por ello.

Al consultar sus datos con la Dirección General de Tráfico comprobaron además que el joven tenía retirado el carné desde el pasado mes de mayo, al haber perdido todos los puntos.

Finalmente quedó detenido por tres delitos contra la seguridad vial: por conducción temeraria, por negarse a realizar la segunda prueba de alcoholemia y por conducir pese a tener el carné retirado.