El juicio a un padre y a un hijo por un presunto delito de tentativa de homicidio que se debía celebrar ayer en la Audiencia de Palma fue suspendido abruptamente. El progenitor y su vástago se sentaron ayer en el banquillo de los acusados por agredir supuestamente con una barra de hierro al policía nacional que le trajo a su domicilio una notificación del juzgado. El fiscal pedía para cada uno de ellos una pena de 13 años de prisión.

"Me ha vendido desde el primer momento", argumentó el padre para sustentar su renuncia al abogado de oficio que le había asistido.

En virtud de su reclamación, la presidenta del tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma suspendió la vista hasta el próximo 5 de noviembre. No obstante, la magistrada la advirtió de que ya no podría volver a renunciar al nuevo abogado de oficio que le sea asignado.

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