"Me alegro mucho de que hayamos salido todos tan bien parados, porque ha sido un buen susto". Jesús Cuadrado y Esperanza Chacón permanecían ayer sentados frente al supermercado siniestrado. Eran dos de los clientes que estaban en su interior cuando el techo se desplomó.

"Habíamos entrado a comprar comida para torrar esta noche", explica el joven. "Yo estaba en la zona de la carne y ella en otro pasillo, comprando aceite. De repente hemos oído un ruido muy fuerte, eran los primeros escombros que caían, y el resto del techo se ha ido desplomando en cadena. Hemos gritado: ¡Fuera, fuera! y hemos salido corriendo".

En ese momento, según comenta había poca gente en el establecimiento, y todos pudieron salir sin lesiones graves. "Había una señora con una brecha en la cabeza, un señor que decía que estaba operado del corazón y una mujer mayor que la han ayudado a salir, pero todos estaban más o menos bien. Al final hemos tenido todos suerte".