Una mujer entró en una superficie comercial de Palma hace unos días empujando un cochecito de bebé. Hasta ahí, todo normal. Los vigilantes de seguridad en seguida se percataron de que el carrito estaba vacío. No había ninguna criatura en su interior. Los empleados sometieron a la madre a una discreta vigilancia y descubrieron cómo iba pasando por los distintos departamentos del establecimiento. Incluso, recorrió varias plantas del edificio. Eso sí, en ningún momento soltó el cochecito. La mujer se fue apoderando de artículos, les arrancaba el dispositivo de alarma y los metía dentro del carrito. Arrambló con todo lo que encontró. Sustrajo varias prendas de ropa, piezas de bisutería y no se dio por satisfecha. Decidió pasar por el supermercado y se hizo incluso con tabletas de chocolate. Todo el botín lo fue guardando en el cochecito de bebé. Antes de abandonar la superficie comercial, fue descubierta por el personal de seguridad. Había cargado género por valor de más de 600 euros.

Un ladrón gourmet

Hace tiempo un hombre ideó un concienzudo sistema para apoderarse de productos gourmet en un supermercado de Palma sin levantar sospechas. El cliente sustituía el código de barras de una botella de vino Vega Sicilia por ejemplo de 300 euros por otra etiqueta de un vino mucho más barato. Un día, a una experimentada y veterana cajera le llamó la atención el precio del producto al pasar el lector del código de barras. No le cuadraba el valor de la botella de vino con lo que marcaba la caja. Entonces, descubrió que habían cambiado la etiqueta. Cuando el cliente se vio descubierto, empezaron a aparecer códigos de otros artículos como quesos.

Edificio inaccesible

Hace unos días una joven madre acude con su bebé de un año a hacerle el pasaporte a la Comisaría de la Policía Nacional de Palma y se encuentra con que la máquina elevadora instalada para salvar las empinadas escaleras de acceso está averiada. En la acera había cuatro policías hablando, y ninguno de ellos hace ademán de ayudarla cuando se pone a subir con el carrito por las escaleras. En ese momento otra mujer le echa una mano y comentan: "¡Qué poca sangre tienen estos hombres!". Fue entonces cuando uno de los policías dejó la tertulia un momento y se sumó a la operación para subir el carrito. Esta ciudadana se mostraba indignada porque hace unos meses, cuando tuvo que ir a la Jefatura a realizar otro trámite, el elevador ya estaba averiado y no lo han arreglado todavía. Desde aquí la sacamos de su error. La máquina no lleva fuera de servicio meses, sino años. De hecho no recordamos cuándo fue la última vez que estuvo en funcionamiento.

Se estrella contra la cárcel

A principios de esta semana, un furgón de la Policía Nacional se estrelló contra la cárcel de Palma. El vehículo impactó contra una barrera de hierro en la entrada del centro penitenciario. Por suerte, no hubo que lamentar heridos. El furgón policial, que sufrió daños materiales en el parachoques, tuvo que ser retirado por una grúa. La verja también resultó con desperfectos y quedó doblada. El vehículo de transporte al parecer sufrió un fallo en los frenos y acabó colisionando contra la barrera de la prisión.

El hombre de la gruta

El ciudadano polaco detenido esta semana por un delito contra la ordenación del territorio por presuntamente construir una vivienda en una cueva en Son Verí, en Llucmajor, alegó que no tiene recursos ni ningún otro lugar en el que vivir. Al quedar libre, el hombre ni siquiera tenía dinero para coger el autobús y volver a casa. La Guardia Civil se apiadó de él y le ayudó.

Homenaje al piloto fallecido

El pasado miércoles, personal del Ibanat y de Medio Ambiente llevó a cabo un minuto de silencio en el aeródromo de Son Bonet y en otros centros de trabajo en memoria del piloto Antonio Alfaro, que falleció hace un año en accidente de avionetafalleció hace un año en accidente de avioneta.