En las islas hay una treintena de empresas dedicadas a la seguridad privada, que emplean a entre 1.500 y 2.000 profesionales. Sus principales centros de actuación son los aeropuertos, centros comerciales y sedes de administraciones públicas, aunque gestionan también miles de alarmas en comercios, gasolineras y residencias, así como el transporte de dinero. Cada año pasan por sus manos casi 7.000 millones de euros.

El presidente de la Asociación del Día de la Seguridad Privada, Carlos Botán, destaca el alto nivel de profesionalidad de los viglantes, y recuerda que las empresas impartieron el año pasado 50.000 horas en formación.

Botán explica que las relaciones de la seguridad privada con Policía y Guardia Civil son excelentes, sobre todo a la hora de compartir información o grabaciones de seguridad, lo que permite que "estos 1.500 o 2.000 personas sean también sus ojos. Nuestros profesionales permiten mejorar la seguridad en las Balears".