El hijo de Gloria Zavala, la mujer asesinada en s'Arenal, y su novia llegaron a Bélgica el mismo día que se halló el cadáver. La pareja de adolescentes, de 16 y 17 años, llevaba una semana alojada en un hotel del centro de Bruselas. Habían reservado una habitación y renovaban a diario su estancia hasta que un grupo de la Policía belga especializado en capturar fugitivos llamó a su puerta el martes y los detuvo. Los dos están acusados de su implicación en el crimen, aunque los investigadores siguen tratando de aclarar qué ocurrió exactamente y el grado de participación de cada uno de ellos. Los dos menores, sin ningún vínculo aparente con Bélgica, siguen bajo custodia de las autoridades de ese país hasta que un juez decida si acepta su extradición a España.

Los dos menores desaparecieron el 14 de mayo, un día antes de que el cadáver de Gloria Zavala, ecuatoriana de 53 años, apareciera metido en dos grandes bolsas y escondido en un arcón en el garaje de su casa, en el número 278A de la Carretera Militar. '

La investigación del grupo de Homicidios de la Policía Nacional ha determinado que su primer destino fue Barcelona. Desde allí, viajaron a Bruselas el 15 de mayo. El chico había reservado a través de un portal de internet una estancia de una noche en el hotel Bentley, un modesto establecimiento de dos estrellas en el barrio de Schaarbeek. Los menores acabaron quedándose alí durante una semana. "Reservaban a través de la misma página de internet día a día. Pagaban con una tarjeta de crédito", explicó ayer un responsable del negocio, que confirmó que el menor había aportado su documentación real.

La fuga parece completamente improvisada. La Policía no ha detectado vínculos ni contactos de los dos chicos en Bélgica y la principal sospecha es que escogieron ese país porque creían que sería más difícil para la justicia española actuar contra ellos allí. El hecho de que renovaran a diario su estancia en el hotel hace pensar a los agentes que no tenían claros sus planes y no contaban con ninguna ayuda en ese país.

En su fuga, los sospechosos dejaron un rastro que el grupo de Homicidios no tardó en encontrar. En cuestión de horas detectaron su llegada a Bélgica y se emitió una orden internacional de detención contra ellos. El Grupo de Localización de Fugitivos de la comisaría general de Policía Judicial contactó desde Madrid con sus homólogos belgas. El cerco se estrechó hasta el pasado martes. A las siete y media de la mañana, varios agentes del Equipo de Búsqueda Activa de Fugitivos (FAST, por sus siglas en inglés) de la Policía Federal Belga llamaron a la puerta de la habitación de los dos adolescentes, comprobaron sus identidades y los detuvieron.

Los menores siguen bajo la custodia de las autoridades belgas. Su extradición a España deberá ser acordada por un juez de ese país y podría demorarse hasta dos meses. Según explicaron fuentes diplomáticas, si los acusados aceptan su entrega el magistrado dispone de diez días para tomar una decisión. En caso contrario, el plazo se amplía hasta los 60 días.

A la espera de que se resuelva la situación de los dos chicos, el grupo de Homicidios de la Jefatura de Palma mantiene abierta la investigación para esclarecer las dudas que siguen planeando sobre el caso. La principal hipótesis que manejan los investigadores es que el hijo de Zavala la estranguló porque ella le había quitado su teléfono móvil. La autopsia concluyó que la mujer fue víctima de un homicidio entre el 10 y el 12 de mayo, pero no se pudo determinar el mecanismo y se está a la espera de nuevas pruebas.

También está por determinar qué papel habría jugado la chica en la muerte de Zavala. Varios testigos han señalado que la relación entre ellas era mala porque la mujer consideraba a la adolescente una mala influencia para su hijo. Además, siguen investigando si alguien más colaboró para ocultar el cadáver y facilitarles la fuga.