Un transportista de mediana edad fue juzgado ayer en Palma por un delito de exhibicionismo por masturbarse en el camarote de un ferri en el que dormía una mujer y su hija de cuatro años mientras navegaban de Alicante a Palma en julio de 2017.

El acusado, que viajaba también con su camión en el barco, reconoció ante la magistrada que se tocó estando ya en su litera y sin que le vieran las otras dos ocupantes. Según admitió, se masturbó, pero no con la intención de que le observaran las pasajeras.

El hombre señaló que pidió la tarjeta en la recepción del buque para poder entrar en su camarote el pasado 21 de julio de 2017. Nada más acceder a la habitación, vio a una mujer dormida con su hija. Entonces, pensó que se trataba de un camarote compartido. No le extrañó porque, al ser transportista, siempre viaja en camarote compartido, según aseguró.

El sospechoso destacó que no vio que la pasajera estuviera desnuda. Según su versión, ella dormía con la niña sobre el pecho en la misma cama. Luego, él se tumbó en la litera superior de enfrente para dormir. Allí, según reconoció, se masturbó y miró en dos ocasiones a la mujer.

"No toqué a la señora ni a la niña, ella dormía con la sábana puesta. No entablé conversación con ella en ningún momento. No quedaron mis genitales a la vista de ellas. Todo el tiempo estuvieron dormidas", subrayó el camionero, que se enfrenta a una petición de pena de un año de cárcel por parte de la acusación particular por un delito de exhibicionismo. Luego, el hombre salió del cuarto para pedir otro camarote.

Mientras, la pasajera perjudicada reconoció que esa noche viajaban a Palma en dos camarotes que habían contratado en exclusiva para su familia. Su marido se instaló en el cuarto de al lado con sus dos hijas y ella en el camarote contiguo con su hija de cuatro años.

"Nos dormimos las dos en la misma cama con la luz del cabecero encendida. Las literas no estaban puestas. Se podía ver todo con claridad, el cuarto de baño, la entrada... Me dormí sobre la una de la noche y a las dos me desperté. Escuché unos ruidos, me desperté y vi a este señor que salía por la puerta. Estaba destapada. Cuando me acosté, yo me tapé con la sábana. Mi hija y yo nos acostamos solo con las braguitas puestas y la sábana encima. Yo no sé lo que hizo él allí dentro", lamentó la víctima.

"Cuando me desperté vi que la litera estaba bajada y vi restos orgánicos ahí encima. Llamé a mi marido, le dije que un hombre había salido de la habitación. La niña estaba dormida. Mi esposo fue corriendo hacia recepción y allí lo encontró que pedía otra llave para cambiar de camarote", recordó la pasajera afectada.

Su marido explicó que sobre las dos de la madrugada se despertó por unos golpes que daba su mujer desde el camarote de al lado. "Ella tenía unos nervios de pánico, me contó que un hombre había estado en su camarote. Había una luz encendida, la litera estaba abierta, las sábanas habían sido utilizadas, él estuvo acostado, las sábanas estaban manchadas de semen", señaló.

Dos policías que iban a bordo del ferri fueron alertados de lo sucedido y acabaron deteniendo al sospechoso. Según uno de los agentes, el marido de la víctima estaba muy alterado, con un ataque de ansiedad y forcejeaba con el encausado. "Él luego nos dijo que se sintió excitado al ver los pechos de la mujer y que se masturbó. Entendió que se trataba de un camarote compartido cuando en realidad era para la familia solo", ha detallado el policía.

La compañía naviera se equivocó al asignar el mismo camarote a las dos personas, según la fiscalía, que ha pedido la libre absolución del hombre al considerar que no actuó con ánimo libidinoso y que no hubo ningún ataque contra la indemnidad sexual ni ningún riesgo para la menor porque esta dormía.

"Él creía que era su camarote, su litera, se metió dentro de su cama y fruto de la excitación se masturbó. Él se masturbó en la intimidad de la sábana. Luego, se marchó. La niña seguía durmiendo", ha indicado la fiscal, quien finalmente ha reconocido que la situación sí es reprochable, pero no constituye ningún delito. El abogado defensor también ha reclamado la libre absolución de su representado. Por su parte, la acusación particular ha solicitado un año de cárcel por exhibicionismo. El caso ha quedado visto para sentencia.