Elena Esteves Zavala, la hija mayor de Gloria Francisca Zavala, se enteró ayer en Guayaquil (Ecuador) de la noticia de la muerte violenta de su madre. La joven se mostró desconsolada y explicó que llevaba varios días sin poder contactar con ella. "El pasado domingo la llamé porque era el Día de la Madre en Ecuador y no contestó a las llamadas y mensajes, era algo muy raro", comenta. "Ese día hablé con mi hermano Pedro y me dijo que se había ido a trabajar al Molinar, parecía muy tranquilo. Desde entonces no he podido contactar con ella. He hablado varias veces con Pedro y él aparentaba estar normal".

Por contra, Elena había recibido con gran preocupación los problemas para ponerse en contacto con su madre y ayer se enteró del hallazgo de su cadáver, con signos de violencia, en el interior de un arcón en su casa de s'Arenal por la edición digital de DIARIO de MALLORCA. La noticia la golpeó como un mazazo.

"La ultima vez que hablé con ella fue el pasado día 9, el jueves", cuenta por teléfono desde Guayaquil, donde reside junto a otro de sus hermanos. "Parecía que estaba bien, aunque mi madre siempre fue una mujer hermética, muy callada. Había tenido problemas de salud, era diabética, y no nos había dicho nada".

Elena admite que su madre discutía a veces con su hermano Pedro, de 16 años, aunque se trataba de cosas habituales en un adolescente. "Mi madre le controlaba para que no se descarrilara", cuenta, "y él no le hacía caso. Últimamente andaba con una chica mayor que él, un poco rara, y mi madre estaba preocupada porque pensaba que era una mala compañía".

Sin embargo, la joven no tiene conocimiento de que su hermano hubiera maltratado nunca a su madre. "Tenían discusiones, pero que yo sepa nunca le había pegado ni nada parecido".

La joven añade que, tras el hallazgo del cadáver de su madre, había intentado repetidas veces hablar con su hermano, pero no le contestó. "La última vez que hablé con él fue ayer (por el martes) por la mañana. Me dijo que había ido a junto a su tía, la hermana de su padre, a denunciar la desaparición a la Policía, pero no parecía preocupado".

Gloria Francisca Zavala, de 53 años, llevaba 19 años viviendo en Palma y trabajaba en el parque acuático de s'Arenal desde hace unos quince años. Había dejado a sus dos hijos mayores en Guayaquil y aquí tuvo un tercer hijo de una relación con un español, con el que ya no convive. De hecho, los hijos mayores no tienen ninguna relación con el padre de su hermano.

Hace unos dos años se habían instalado en la casa de la Carretera Militar donde apareció el cadáver. La mujer y su hijo compartían la casa con un español, con el que no tenía ninguna relación sentimental. "Era compañero de piso, pero no eran pareja, mi madre no tenía pareja", comenta su hija. Con su hijo menor mantenía una relación muy estrecha. "Iba a todas partes con mi hermano y estaba muy pendiente de él".

El joven había tenido dificultades en los estudios y ahora estaba haciendo un curso de Formación Profesional en un instituto relacionado con tareas de mantenimiento. "De hecho, hace poco le habían felicitado porque había hecho muy bien el trabajo", cuenta su hermana.

Elena Esteves llevaba cerca de dos años sin ver a su madre, que tenía previsto viajar a Ecuador el próximo mes de octubre.