"Fue un gran susto". Kevin, un joven ecuatoriano residente en Palma, recordaba este mediodía en la comisaría de la Policía Nacional de Son Castelló los dos minutos, "que se hicieron eternos", que un coche patrulla tardó el sábado en llevar a su hija recién nacida al hospital, tras darse cuenta de que no respiraba. La rápida actuación de los policías y sanitarios permitieron salvar la vida a la pequeña. "Cuando la oímos llorar en el hospital respiramos todos", comenta uno de los agentes.

El incidente ocurrió el pasado sábado sobre las once de la mañana. Kevin, su mujer y su hija de once días, Ashley, se dirigían a comer a un local del polígono de Son Castelló, cuando se dio cuenta de que algo iba mal. "Estaba muy pálida y no reaccionaba, no se movía y yo no sabía qué hacer. Entonces vimos los coches de policía aparcados en la acera y vinimos aquí corriendo a pedir ayuda".

Los coches estaban aparcados frente a la comisaría que la Policía Nacional tiene en Gran Vía Asima. Toni y Saúl, los agentes que estaban en la puerta vieron enseguida que se trataba de algo grave. "La pareja vino muy nerviosa, llevaban en brazos al bebé, que no respiraba. Así que cogimos el coche zeta y os fuimos corriendo al hospital".

A la pregunta de cuánto tardaron en llegar, los policías no lo tienen claro. Kevin les apunta: "Dos o tres minutos". El agente le responde: "Se hicieron muy largos".

La patrulla policial llevó al bebé directamente a Urgencias de Son Espases, donde "los sanitarios le atendieron inmediatamente, fueron muy efectivos", comenta Toni. Le realizaron las maniobras de reanimación y poco después oían llorar a la niña. "En ese momento respiramos todos", dice Saúl.

Según comenta el padre, el bebé se había atragantado, probablemente con un poco de vómito. Ashley se recupera bien en Son Espases, donde todavía le tienen que practicar diversas pruebas. Kevin se ha presentado este mediodía en las oficinas policiales para agradecer a Toni y Saúl su ayuda, que ha posibilitado que todo quedara en un gran susto.