Un acusado aceptó ayer en la Audiencia de Palma una pena de ocho años y medio de prisión por violar a una menor, amiga de sus hijos, aprovechándose que padecía mutismo selectivo y que tenía dificultad para expresar sus emociones y hablar en la ciudad desde 2013 a 2016, cuando esta contaba entre 13 y 16 años.

El procesado, de 46 años y de origen ecuatoriano que actualmente está preso, admitió ayer ante el tribunal de la sección primera que mantuvo relaciones sexuales completas con la adolescente a sabiendas de que era menor de edad y de que tenía un problema psicológico que le impedía hablar.

La víctima también ha confirmado ante la sala, a través de videoconferencia, que tenía 13 años cuando empezó a ser abusada por el hombre. Sufrió penetraciones bucales, anales y vaginales, según indicó. "Yo iba a casa de sus hijas a jugar con ellas y con su hijo. Puse la denuncia porque él iba mucho por debajo de mi casa. Yo le dije que no quería tener ninguna relación con él. Él insistió", explicó la perjudicada, que también ha reconocido que padecía un problema psicológico y que le costaba hablar.

El sospechoso, además de los ocho años y medio de cárcel por un delito continuado de abuso sexual con acceso carnal, se conformó con la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima por un periodo de 15 años, la medida de seis años de libertad vigilada sometiéndose a un programa de educación sexual y el pago de una indemnización de 15.000 euros por los perjuicios y daños morales ocasionados. En un principio, afrontaba una petición de pena de 14 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual.

Los hechos sucedieron entre 2013 y 2016 en el domicilio del acusado en Palma, o bien en coches o furgonetas que utilizaba el hombre y en los que desplazaba a la adolescente a lugares apartados, donde llevaba a cabo las prácticas sexuales. Según ha apuntado la fiscal, el procesado se aprovechó de la situación de especial vulnerabilidad de la menor para abusar de ella, ya que padecía mutismo selectivo y era amiga de sus hijos.

Una psicóloga explicó que la víctima estaba diagnosticada de mutismo selectivo, que se caracteriza por una elevada ansiedad y una inhibición del habla. "Me comentó que con 13 años fue abusada por el padre de un amigo. Me dio pocos detalles, la niña casi no hablaba nada. Dice muy pocas palabras", recordó la especialista ayer en el juicio. Según su versión, la menor cuidaba de las hijas del acusado y entonces él aprovechaba para aproximarse.

Una familiar de la perjudicada manifestó que la acompañó a denunciar los hechos ante la Policía en 2016, cuando aún era menor. "Ella antes no había dicho nada. Si yo lo hubiera sabido, hubiera denunciado antes. A mí me contó lo justo, no me explicó todo, los detalles los contó a la Policía. A mí me dijo que él había abusado de ella", detalló la testigo. Según apuntó, cuando la menor bajaba a la calle a pasear a la perra, él la recogía con el coche y abusaba de ella.

"Desde pequeña ha tenido problemas de mutismo, le costaba mucho hablar e interactuar, desde el colegio. Tenía miedo o fobia a hablar. Siempre ha necesitado ayuda psicológica", subrayó la familiar.