Un juzgado de Palma condenó ayer a un conductor temerario por perseguir a un coche en el que viajaba una familia con dos niños de cuatro y un año, al que poco antes causó un roce, y obligó a circular en sentido contrario y les cerró el paso hasta que las víctimas finalmente se estrellaron contra el edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social en Manacor en el verano de 2012.

Tanto la pareja como sus hijos menores resultaron heridos con esguinces cervicales, contusiones, hematomas y otros golpes tras la colisión.

El acusado, de 30 años y origen marroquí, reconoció los hechos ayer ante la sala. Aceptó una pena de tres meses de prisión, que se le sustituye por una multa de seis meses con una cuota diaria de tres euros, y la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante un periodo de medio año.

Tras admitir los cargos, la magistrada dictó sentencia 'in voce' contra él por un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción con temeridad manifiesta. La jueza apreció las circunstancias atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño.

En concepto de responsabilidad civil, la magistrada le impuso una indemnización de 585 euros por los desperfectos en el edificio de la Seguridad Social, que ya ha consignado.

Julio de 2012

Los hechos ocurrieron la noche del pasado 25 de julio de 2012 cuando el sospechoso conducía un BMW por la calle Goya de Manacor. Rozó un vehículo Hyundai en el que viajaba una familia con sus dos hijos de cuatro y un año. Ante la negativa del acusado a resolver el problema ocasionado, la conductora perjudicada reanudó la marcha para dirigirse a dependencias policiales.

En ese momento, el encausado empezó a perseguir al automóvil, se situó a su derecha y obligó a que circulara en sentido contrario por la calle Fleming. Acto seguido, le cerró el paso en un cruce.

El conductor desatendió e infringió de un modo evidente y notorio las más elementales normas de circulación y creó un riesgo para la integridad física de los usuarios de la vía. Al final, el coche de las víctimas acabó colisionando contra el edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social, lo que produjo desperfectos. Los padres de los niños y sus hijos resultaron heridos.