Natalia Sánchez Uribe, la estudiante mallorquina de 22 años que estaba desaparecida desde el pasado día 1 en París, fue localizada el pasado sábado 4 de mayo por una patrulla de la policía francesa, que la encontró cuando deambulaba desorientada por una calle de la capital francesa. La joven fue trasladada al centro psiquiátrico Henry Ey, donde ayer fue reconocida por su padre, según confirmaron fuentes de la Guardia Civil, que ha colaborado en la investigación. Natalia Sánchez Uribe estaba aparentemente bien físicamente, aunque algo aturdida.

De esta manera ha concluido una desaparición que durante la última semana ha mantenido en vilo a la sociedad mallorquina. Natalia Sánchez Uribe es de Calvià, donde reside su familia, aunque estudia en la Universidad Autónoma de Barcelona y actualmente estaba en París con una beca Erasmus.

Según fuentes policiales, la joven fue localizada el pasado sábado 4 de mayo por una patrulla de la Policía francesa cuando caminaba por la calle aparentemente desorientada. Los agentes, al percatarse de su estado, la trasladaron a un centro sanitario, pero no pudo ser identificada entonces por no llevar su documentación. Su mochila, con su móvil y su ordenador, habían aparecido en un parque próximo a la universidad donde estudiaba, tras haberse denunciado su desaparición. La Policía francesa alertó del posible hallazgo a la oficina consular española, con la que mantenían contactos durante toda la semana. La oficina consular informó a su vez al padre de la joven, que llevaba varios días en París siguiendo de cerca los trabajos para localizar a su hija.

El padre de Natalia acudió al centro sanitario donde ayer confirmó que se trataba de su hija y puso punto final a su angustia.

Las investigaciones policiales proseguen para determinar qué le ha ocurrido a la joven durante los días que ha estado en paradero desconocido. Los agentes estaban pendientes de poder tomar declaración a la joven para que explicara dónde ha estado durante este tiempo. Tendrán que ser los médicos quienes autoricen este trámite, en función de la evolución de su estado de salud.

La familia de Natalia pidió tiempo ayer para su intimidad y recuperar la calma, según difundió en Twitter la organización QSDGlobal, que ayuda a buscar a personas desaparecidas.

La joven mallorquina de 22 años, desaparecida desde el día 1 en París, es estudiante de la Facultad de Economía y Empresa de la UAB y está en capital gala desde septiembre, cursando un programa de intercambio Erasmus en la Universidad Panteón-Sorbona, que debía concluir en dos semanas. Desde el 1 de mayo, quince días antes de volver a su casa en Palma, la joven desaparecida dejó de contestar los mensajes y llamadas de sus padres y amigos.

La mañana de su desaparición, la joven estaba trasladando sus maletas al piso de una amiga española, pues se acababa su contrato en el piso en el que había vivido hasta entonces, en el distrito 14, al sur de París.

Su nueva compañera de piso dio la alerta tras quedar sin noticias de la joven, que había dejado ya dos maletas por la mañana y había vuelto a su casa anterior para recuperar el equipaje restante. Sin embargo, no volvió a tener noticias de ella.