La fiscalía pide dos años de prisión y 2.700 euros de multa para un vigilante de seguridad acusado de agredir a cuatro jóvenes durante una fiesta de Nochevieja en una discoteca de Palma. El sospechoso, con antecedentes por delitos violentos, habría actuado junto a otros controladores que no han sido identificados. A una de las víctimas le practicó una maniobra de asfixia que casi le hizo perder el conocimiento y le propinaron una paliza. Los golpes que recibió en la cara le han dejado secuelas y la acusación solicita para él 3.740 euros de indemnización. Los otros tres perjudicados sufrieron heridas de menor entidad.
Los hechos, según el relato de la fiscalía, ocurrieron durante la celebración de la Nochevieja de 2017 en un local de Establiments. El procesado, un joven de 31 años, trabajaba como vigilante de seguridad en el evento y tuvo que intervenir en varias peleas. Hacia las seis de la madrugada, él y otros controladores no identificados la emprendieron a golpes contra varios asistentes a la fiesta.
Según la fiscalía, el acusado atacó primero a un joven que le recriminó un empujón a su pareja, partiéndole el labio de un golpe. A otro chico lo abordó en compañía de otro vigilante, al que empezaron a propinar patadas y puñetazos. Cuando cayó al suelo, el sospechoso supuestamente le practicó una maniobra de asfixia y el joven estuvo a punto de perder el conocimiento al no poder respirar. Luego, lo arrastraron hasta la terraza del establecimiento, donde siguieron golpeándole. Fue quien se llevó la peor parte. Sufrió una fractura de mandíbula y otras lesiones en la cara, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y le quedaron algunas secuelas.
El hermano de esta víctima presenció los hechos y trató de socorrerla. Fue inmovilizado por un vigilante desconocido, momento en que el acusado le dio varios golpes en la cara. Tuvo que ser atendido en un centro médico por diversas contusiones en la cara, de las que se recuperó en dos días. Otra chica que estaba en esa zona recibió un fuerte empujón por parte del sospechoso y cayó al suelo. Padeció una lesión en la rodilla y también tuvo que recibir asistencia médica. Los cuatro perjudicados denunciaron los hechos y el vigilante de seguridad fue detenido el 16 de enero de 2018, tras lo que quedó en libertad.
La fiscalía le considera autor de cuatro delitos de lesiones, tres de ellos leves. El sospechoso ya había sido condenado varias veces por delitos violentos; en junio de 2017 fue sentenciado por violencia de género y lesiones y tres meses después volvió a serlo por otra agresión.
La acusación aprecia por tanto la circunstancia agravante de reincidencia. Por la agresión más grave reclama dos años de prisión, mientras que por las otras tres solicita sendas multas de 900 euros. Además, pide que el acusado, la entidad que organizó el evento y su compañía de seguros indemnicen con 3.740 euros a la víctima principal y con 200 a cada una de las otras.