"En Magaluf hay más gente en la calle que vende drogas que turistas". El dueño de un conocido pub de Punta Ballena, que ayer declaró como testigo en un juicio en la Audiencia de Palma contra una banda por traficar con estupefacientes en el verano de 2017 en el núcleo costero de Calvià, hizo hincapié en el problema que hay en la zona con la venta de drogas. "Allí, hay vendedores a montones y el Ayuntamiento no hace nada", se quejó el hombre haciendo referencia a la pasividad del Consistorio. "Es que no se cortan, campan a sus anchas, un año y otro, esto es cada año y siguen...", prosiguió el testigo.

El propietario del establecimiento recalcó que tiene terminantemente prohibido que alguien trafique en su local, mucho menos sus empleados. "Si alguien vende, se va a la calle", zanjó en la primera sesión del juicio contra una banda de 17 acusados que afronta penas que suman 102 años de prisión por un delito contra la salud pública y otro de organización criminal.

Cuando la sala exhibió un vídeo al testigo, este indicó que se veía cómo un sospechoso estaba realizando un pase de droga. "El que va de blanco se dedica a vender droga, tiene prohibido acceder a mi local", señaló.

La Audiencia de Palma inició ayer el juicio contra el grupo por traficar con estupefacientes en Magaluf. La mayoría de los acusados solo respondió a las preguntas de sus abogados defensores y negó de forma tajante haber vendido cocaína, marihuana y éxtasis a los turistas en Punta Ballena entre mayo y julio de 2017.

La fiscalía pide para los 17 sospechosos, gran parte de ellos originarios de Senegal y Pakistán, sendas condenas de seis años de prisión.

Los encausados rechazaron haber formado una banda y dedicarse al narcotráfico. Aquellos a los que la Guardia Civil les intervino sustancias estupefacientes alegaron ante el tribunal de la sección segunda que eran consumidores de drogas.

Trabajaban en Magaluf

Los extranjeros explicaron que en esa época trabajaban en Magaluf como personal de seguridad de los locales de la zona, camareros, relaciones públicas, cocineros o vendedores ambulantes de gafas de sol y relojes. Otros apuntaron que eran jornaleros en la recogida de fruta en Valencia y Lleida y que se encontraban en la isla buscando trabajo.

Todos los encausados negaron haber facilitado drogas a los turistas de Punta Ballena. "A los turistas les ofrezco gafas, no drogas. No me dedico a vender drogas", indicó ayer un joven senegalés que trabaja como vendedor ambulante en la zona y como costurero en el polígono de Son Bugadelles, en Calvià. Otro compatriota declaró que en ocasiones llevaba a uno de los acusados y a otra gente en su coche a Palma y, a cambio, le ayudaban con la gasolina. "Nunca he vendido droga", insistió.

Uno de los sospechosos subrayó que era consumidor de marihuana desde hace años y que el dinero que le incautó la Guardia Civil lo había ganado jugando al bingo y a la ruleta. "Tengo un problema de juego", aseguró.

Una joven camarera y su entonces novio, relaciones públicas en un establecimiento de Magaluf, argumentaron que las drogas que les intervinieron eran para su autoconsumo. "Todo lo que ganaba lo gastaba en droga", manifestó el chico, que no se reconoció cuando le exhibieron un vídeo aportado por los investigadores.

El encargado de un kebab rompió a llorar tras negar los cargos. "Yo no sé nada de droga, no fumo, no entiendo por qué estoy aquí, yo odio a esta gente de la droga, llevo dos años que me muero por dentro", destacó el hombre, que anteriormente era taxista en Barcelona y se mudó a Mallorca para montar el kebab. Solo uno de los 17 acusados se acogió ayer a su derecho a guardar silencio. El juicio continúa hoy.