La Audiencia Provincial ha condenado a dos años y medio de cárcel a un joven por causar graves lesiones oculares a otro al propinarle un puñetazo durante una trifulca en Campanet. La víctima ha perdido un 50 por ciento de agudeza visual en un ojo a consecuencia del golpe y la sentencia ordena al acusado que indemnice con casi 50.000 euros. El fallo absuelve al procesado de otro delito de lesiones al no quedar probado que golpeara a otro chico.

Los hechos, según declara probado la sentencia, ocurrieron hacia las cinco de la madrugada del 6 de julio de 2014, durante las fiestas del carnaval de verano de Campanet. El condenado, acompañado de siete amigos, abordó por detrás a una chica a la que no conocía y la cogió por la cintura y de la mano. El novio de la joven le recriminó esta acción y luego explicó lo ocurrido a un amigo suyo.

Fue este joven quien se dirigió al grupo del acusado para pedir explicaciones. Recibió varios golpes y la víctima fue a socorrerlo. El condenado le propinó entonces, desde detrás, un puñetazo en el ojo derecho que le hizo perder el equilibrio y caer al suelo.

El perjudicado, que tenía entonces 21 años, sufrió graves lesiones oculares que afectaron a la retina. Tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica en el ojo para reducir la hemorragia y tardó 11 meses en recuperarse, aunque le quedaron secuelas. A consecuencia de la agresión, padece una discapacidad visual moderada. Ha perdido aproximadamente el 50 por ciento de la agudeza visual.

El tribunal de la sección segunda considera que durante el juicio quedó plenamente acreditado que fue el acusado quien propinó el puñetazo en la cara a la víctima. De hecho, él mismo lo reconoció durante su declaración, matizando que no pretendía golpearle en el ojo, sino defenderse de una agresión iniciada por el grupo del perjudicado. La sentencia, sin embargo, no da por probado que atacara al amigo de la víctima, que precisó seis puntos de sutura por una brecha en la ceja.

Las magistradas consideran al acusado autor de un delito de lesiones y le impone dos años y medio de prisión. Además, fija en 49.693 euros la indemnización que debe abonar a la víctima por las heridas que le causó y, especialmente, las secuelas que padece por el golpe recibido.

El procesado, representado por el letrado Carlos Portalo, se enfrentaba a una petición de la fiscalía de once años de cárcel por dos delitos de lesiones, uno de ellos agravado por la pérdida de un órgano. La Audiencia da la razón a la defensa al no estar claro qué porcentaje de visión ha perdido el afectado.

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