Un hombre se enfrenta a una petición de tres años de prisión y 320.000 euros de indemnización para su mujer por maltratarla durante los 34 años que duró su matrimonio en Mallorca. El relato de la víctima es una sucesión de agresiones físicas, psicológicas y sexuales, humillaciones, menosprecios y vejaciones. Varios de estos episodios fueron presenciados por los hijos de la pareja y otros familiares. Un calvario que empezó poco después de casarse y acabó en 2017, cuando ella ingresó en una clínica de salud mental con un diagnóstico de depresión mayor y estrés postraumático. La fiscalía y la acusación particular imputan al hombre, de 63 años, un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar.

Las agresiones comenzaron en el año 1983, poco después de la boda de la pareja, siempre según el fiscal y el abogado de la mujer. Tanto en el domicilio conyugal como en otros lugares, el acusado supuestamente maltrató física y psíquicamente a su pareja, menospreciándola, humillándola y vejándola de diversas maneras. Hubo también actos de violencia sexual.

La acusación particular detalla, por ejemplo, como en una ocasión el sospechoso agarró del pelo a la mujer, la zarandeó, la arrastró y la tiró al suelo mientras la insultaba. Un episodio presenciado por sus dos hijos menores y sus cuñados. Uno de los chicos, que entre 14 y 15 años, tuvo que irrumpir varias veces en el dormitorio de la pareja para impedir que su padre siguiera agrediendo a su madre. El menor habría visto cómo el hombre se abalanzaba sobre la víctima y la violaba pese a sus lloros y chillidos.

Y es que el sexo era, según la mujer, uno de los puntales de la situación de maltrato y humillación. Son varios los episodios en los que el hombre obliga a su pareja a mantener relaciones contra su voluntad, tras lo que él le tiraba dinero y la llamaba "puta". También relata la denunciante que solía llevar prostitutas a casa, obligándola a participar en actos sexuales con ellas, y que en una ocasión hizo lo mismo con una pareja de desconocidos. La mujer sostiene también que tuvo problemas judiciales y llegó a ser imputada porque el hombre puso a su nombre negocios con los que cometía estafas y otros actos delictivos

En el verano de 2017, tras un episodio violento, la víctima se marchó del domicilio familiar y se instaló en otra localidad de Mallorca. El hombre empezó a merodear por su domicilio, dio de baja sus líneas de teléfono y las tarjetas de crédito, para luego tratar en vano de reanudar la convivencia.

La mujer acabó ingresando en septiembre en una clínica de Palma. Los médicos le diagnosticaron depresión y trastorno de estrés postraumático. Precisó mediación y sigue bajo tratamiento.

La fiscalía acusa al hombre de un delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar, por el que reclama un año y medio de prisión, tres de alejamiento de la víctima y que la indemnice con 320.000 euros por los daños morales y las secuelas psicológicas. Por el mismo delito, la acusación particular pide tres años de cárcel, cinco de alejamiento y una compensación de 50.000 euros.

Ayer se celebró una vista previa por este caso en un juzgado de lo penal de Palma. Las partes no alcanzaron un acuerdo y el juicio se celebrará en los próximos meses.

El procesado tiene varios antecedentes por delitos medioambientales. En 2004 fue condenado a 10 meses de prisión por uso ilegal de cebo para matar alimañas y verter escombros en un área protegida. Hace ahora un año, fue sentenciado a otros ocho meses de cárcel por envenenar a cinco perros de sus vecinos.