Es el último gran capo del narcotráfico. Durante décadas ha sido tan popular como la Paca. Los dos grandes narcos: ella en Son Banya y él en La Soledat. A finales de los años noventa protagonizó una fuga casi de película, que se prolongó cinco años, hasta que fue capturado en un pueblo de Granada. Y desde entonces ha alternado periodos en libertad con sucesivas condenas, la última el pasado mes de mayo, cuando aceptó cuatro años y medio de prisión. Pese a que ha transcurrido casi un año, la sentencia aún no se ha ejecutado y sigue libre.

Su clan sigue controlando el narcotráfico de la Soledat, donde poseen numerosas casas. La Policía detectó hace años que habían cambiado la cocaína por marihuana, con penas más leves y pingües beneficios.

Pablo Campos Maya, el Pablo, se hizo famoso a finales de los años noventa. Era entonces un joven de apenas treinta años que controlaba el tráfico de drogas en La Soledat y mantenía una aureola de intocable. Pese a las sospechas policiales, siempre se escapaba. Las cosas se le torcieron en 1993, cuando fue condenado a 14 años de prisión.

Cumplió una parte de la pena y en 1997 alcanzó el tercer grado penitenciario, y solo tenía que ir a dormir a la cárcel de Picassent (Valencia). Pero tenía juicios pendientes y otra condena le haría perder los beneficios penitenciarios. Sus peores pronósticos se cumplieron y en noviembre fue condenado de nuevo. Desde el juzgado de Palma se envió un fax a la cárcel notificando la sentencia, pero ese fax se perdió sospechosamente por el camino. Estuvo fugado cinco años.

Desde entonces ha alternado las condenas con periodos de libertad. El Pablo y sus familiares fueron condenados por última vez el pasado mes de mayo. El juez les impuso un total de 99 años de cárcel a 46 acusados. El Pablo aceptó una pena de cuatro años y medio de prisión, que todavía no se ha ejecutado.