Steven G.Z., acusado de matar a Santiago Garrido, de 23 años, de un botellazo en la cabeza y robarle su teléfono móvil en la Nochebuena de 2017 en Ibiza, ha negado este martes los cargos de forma tajante ante el jurado popular que le juzga en la Audiencia de Palma.

"No recuerdo haberme encontrado con nadie esa noche, no tuve ningún incidente ni vi nada, no propiné ningún botellazo", ha insistido el muchacho, quien ha alegado que esa madrugada bebió alcohol, fumó unos porros y tomó ketamina y cocaína. "Pensé que me iba a dar un chungo. Mi novia también estaba mal. Había tomado cristal", ha recordado.

"Si esto hubiera sido verdad, hubiera cogido un billete y me hubiera marchado a Colombia", se ha defendido el encausado en la primera sesión del juicio. "Yo no dije 'carapolla' a nadie, no es un término mío que suela utilizar", ha subrayado.

"Todos los días tengo este problema y me pregunto por qué me acusan. No lo hice yo y me están inculpando, estoy interesado en saber quién lo hizo y cómo lo hizo. Ninguna cámara de Figueretas me vio", ha añadido el joven, para quien el fiscal reclama 18 años de prisión por homicidio y robo con violencia. Mientras, la acusación particular solicita 24 años de cárcel por asesinato y robo.

"Yo no le robé ningún móvil ni lo toqué a él. Solo lo vi por una foto que me enseñó un pizzero", ha explicado en referencia al joven fallecido, del que ha dicho que no lo conocía de nada.

"La banda de Los Guasones no existe. Nos dicen así por un cantante de reggaeton y trap. Yo no vine a España a hacer bandas. Esa banda no existe", ha destacado Steven G.Z., que ha negado ser el líder de este grupo.

Por su parte, el segundo acusado, Carlos Guillermo P.H., que también permanece preso como Steven y que afronta una pena de multa por un delito leve de maltrato por parte del fiscal y de 24 años de cárcel por asesinato y robo con violencia por parte de la acusación particular, ha detallado que no vio cómo Steven le daba un botellazo a un joven, pero sí escuchó el golpe. "Fue repentino, primero empezaron a insultarse, yo les empujé para separarles y me fui. Escuché un sonido. No vi el botellazo. Vi al chaval en el suelo y estaba como mareado. Se levantó y se fue", ha recordado el sospechoso, quien ha detallado que el perjudicado era mulato conocido como 'Kaiser' y no el joven Santiago Garrido, que horas después falleció en su casa. "Yo no conocía al chico que habían matado, me enseñaron una foto", ha asegurado.

Según su versión, eran entre las cuatro y las cinco de la madrugada del 25 de diciembre de 2017 cuando Steven y él, junto con sus novias, se cruzaron con un chico cuando iban de Figueretas a una casa okupa. "Steven llevaba en la mano una botella de cristal de ron que estábamos tomando. Steven le dijo 'carapolla' y el chico, '¿Cómo que carapolla?'. Discutieron. Me metí por medio para separarles. Empujé a cada uno. No me encaré con el chico. No pasó nada más. Luego me fui caminando y no vi directamente el botellazo. Escuché un sonido. Le dije a Steven que hubiera sido mejor pegarle un puñetazo. Nunca me esperaba que Steven pudiera golpearle con la botella. Fue un solo golpe que escuché. Luego no vi a Steven rebuscar para cogerle el teléfono móvil. El móvil se cayó al suelo. Steven lo cogió y se lo quedó en la mano", ha puntualizado Carlos Guillermo.

"El chico se levantó y se fue caminando. No le vi sangrando por la cara. Luego, en la casa okupa creo que Steven le entregó el teléfono a Daniel", ha añadido el segundo acusado.

El muchacho también ha explicado que esa noche estuvieron haciendo botellón y que él fumó porros y tomó cocaína y ketamina. Igual que Steven, ha negado formar parte de la banda de Los Guasones: "Se dicen muchas mentiras, no somos una banda y Steven no es el jefe. Este nombre es por un cantante de música latina que nos gusta. No nos dedicamos a robar. Steven sí que vendía marihuana".

La víctima, Santiago Garrido, de 23 años, llegó a su casa sobre las seis de la mañana. Se limpió la sangre que cubría su rostro y se fue a dormir. Horas después, cuando su madre fue a despertarle, lo encontró muerto sobre la cama. Sufrió un traumatismo craneal con una fractura y hematoma subdural, lo que le produjo una hemorragia interna aguda que le causó la muerte.

El juicio con jurado continúa mañana por la mañana en la Audiencia Provincial. Los dos acusados han abandonado el Palacio de Justicia en un furgón policial rumbo a la cárcel mientras varios allegados al fallecido proferían gritos de "asesinos, pudrios en la cárcel".