El pasado viernes 22 de marzo un espectacular despliegue de agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local tomó dos calles del barrio palmesano de Verge del Lluc. El objetivo era desmantelar varios puntos de venta de droga muy activos. En particular de cocaína y de marihuana. Las quejas vecinales hacia el trasiego de drogas y de los compradores habían arreciado en los últimos meses. Los efectivos se movilizaron especialmente en las calles Moreneta y Goya. Una multitud de vecinos curiosos se arremolinó para ver la redada en primera fila, que se saldó con seis detenidos. Sin embargo, la aparición en escena de una mujer cubierta de cacatúas, papagayos y guacamayos paseando por la calle acaparó todo el protagonismo de la tarde durante unos momentos. Los loros, pese a ir sueltos, no levantaron el vuelo y permanecieron posados en los hombros y en los brazos de esta vecina.

Kamikaze, pero educado

Esta semana fue juzgado en Palma un conductor kamikaze ebrio que protagonizó una persecución de película por s'Arenal en el verano de 2016 que acabó con tres heridos, entre ellos dos policías locales de la ciudad. El acusado guardó silencio durante el juicio. No respondió a ninguna pregunta. Pero, una vez en el pasillo, se dirigió a todos los perjudicados y les pidió disculpas uno a uno por lo ocurrido..

Un C4 contra un Mercedes

Uno de los agentes lesionados que persiguió al conductor fugado explicó que iba a una velocidad altísima. "Nuestro coche no daba para más. Íbamos con un C4. Su coche corría más que el nuestro, era un Mercedes. El nuestro no le podía dar alcance. Recortábamos distancia cada vez que él se metía por alguna calle y giraba", indicó el policía.

Bonnie and Clyde

Como los legendarios fugitivos, la pareja de ladrones de Estados Unidos 'Bonny and Clyde', pero a pequeña escala y aquí en Mallorca otra pareja fue juzgada y condenada el pasado jueves por tratar de robar seis botellas de whisky, una de ron y un frasco de colonia en un supermercado de Palma en febrero. Los dos sospechosos, que están presos, iban equipados con bolsas tipo 'búnker' para burlar los dispositivos de alarma. Pero sus planes se vieron frustrados al ser descubiertos por dos empleados. La pareja no dudó en atacar y agredir a los dos trabajadores para intentar huir. Tampoco lo consiguieron porque la Policía los retuvo y recuperó el botín.

El famoso novio vendado

El novio preso en Palma que se ha hecho famoso porque su boda se canceló en los juzgados de sa Gerreria cuando le sorprendieron tras un pase de droga y acabó detenido, junto con la novia y dos testigos, se quejó en Vía Alemania de que la Policía le había pegado. Mostró a los fotógrafos una mano y un tobillo vendados. Sin embargo, la lesión en la mano era antigua.

Cae una persiana

El pasado jueves, sobre las tres de la tarde, se desprendió una pesada persiana de madera de una ventana del tercer piso del edificio ubicado en la esquina de las calles Lluís Vives y General Riera, en Palma. Afortunadamente el siniestro no provocó daños ni heridos, pese a que la pieza cayó sobre la acera en un lugar muy transitado. Sin embargo, los Bombers de Palmapara revisar el resto de las ventanas y asegurarse de que no hay ningún otro elemento con riesgo de caer.

Predicadores y un menor

El miércoles, sobre las nueve de la noche, un menor de 14 años que volvía a casa desde una academia particular fue abordado por el grupo de testigos de Jehová que suelen estar de plantón en la Rambla. "¿Eres, le preguntó uno de ellos. El chico está bien aleccionado sobre lo de hablar con extraños, echó a correr y no dio pie a seguir con la conversación, pero estos predicadores deberían ir con más cuidado y evitar tratar de captar a menores de edad, porque los padres del chico están bastante enfadados con ellos.

Cuestión de formas

Varios jóvenes fueron juzgados hace unos días por asaltar a varias ancianas en Palma. Uno de ellos respondía a las preguntas de la fiscala cuando se dirigió a ella llamándola "señorita". A la representante del ministerio público no le sentó nada bien el tratamiento que le dispensaba el procesado. "Señoría, si no le importa", le cortó. En la misma vista, un acusado que había pactado reconocer su implicación en varios atracos se desdijo en su declaración. Tras hablar de nuevo con su abogado, acabó admitiendo los hechos.