La Policía Nacional decomisó un BMW X5 en una operación antidroga en Palma. El vehículo fue estacionado en la calle Ramón y Cajal, en zona ORA. Los agentes dejaron una nota en el salpicadero para que quedara claro que se trataba de un vehículo intervenido. Pero tras recibir un aviso, la Policía Local comprobó que llevaba muchos días sin moverse y dejaron una nota en el parabrisas, anunciando que el coche parecía estar abandonado y que si no se lo llevaban, la grúa lo retiraría y se trataría como "residuo sólido urbano". Es decir, al desguace.

Gritos en el Gorg Blau

Unos turistas recorrían el lunes la zona del Gorg Blau. Hacia las dos de la tarde escucharon unos gritos de auxilio en las inmediaciones del túnel. Rápidamente, alertaron al servicio de emergencias 112. El responsable de Protección Civil de Escorca se desplazó al lugar para auxiliar a quien estuviera en apuros. No hizo falta. Los 'gritos' eran de un cabritillo que llamaba a su madre.

Complicada lucha

Dos casos ocurridos esta semana en Palma evidencian lo complicado que es para la Policía actuar contra los okupas. El miércoles, un hombre alertó de que unos desconocidos se habían instalado en una casa suya en la calle Gabriel Carbonell. Los agentes de la Policía Local comprobaron que habían cambiado la cerradura tras forzar la puerta. Dentro encontraron varios electrodomésticos y enseres. Los policías no pudieron más que redactar un informe para remitirlo al juzgado. Al día siguiente, vecinos de la calle Castillo de Olite alertaron de que unas personas estaban metiendo muebles por la ventana de una casa. El dueño había tapiado la puerta al detectar a los okupas, que resultaron ser una pareja de jóvenes, ella embarazada de dos meses. Según dijeron, no tienen recursos para costearse un alquiler.

Ruedas, naranjas y café

Esta semana, un presunto integrante de una banda de narcos que operaba en Eivissa y Mallorca entre 2016 y 2017 fue interrogado en el juicio celebrado en la Audiencia de Palma sobre unas conversaciones intervenidas en las que hablaba con su interlocutor de ruedas y naranjas. El fiscal le preguntó si en realidad se refería a cocaína. "Puede ser que las ruedas y las naranjas fueran cocaína, no lo recuerdo bien, pero puede ser", indicó el acusado. También utilizaba otras palabras clave como café. "Puede ser que también me refiriera a la cocaína", añadió.

Una báscula para repostería

El supuesto narco alegó que una báscula grande que le intervino la Policía Nacional tras un registro domiciliario era de su exmujer, que en aquellas fechas hacía repostería. Los agentes también se incautaron de otra báscula más pequeña de precisión. "Esta sí era para distribuir sustancias estupefacientes", reconoció ante el tribunal.

Agradecido a la policía

El acusado también se mostró muy agradecido a la Policía Nacional por la operación antidroga que llevó a cabo. "Estoy muy agradecido que viniera la Policía a mi casa porque yo hubiera acabado muy mal. Tenía daño cerebral por tanto consumo de drogas. Ahora, llevo más de un año en Proyecto Hombre, tengo trabajo, una nueva pareja...", aseguró el encausado. Según su versión, en esa época tomaba mucha cocaína y marihuana y eso le costó el divorcio.

Aroma delator

Hace varios días, dos hombres declararon como investigados en un juzgado de Palma por una plantación de marihuana descubierta en una vivienda. Uno de ellos reconoció los hechos, mientras que el otro se desvinculó y explicó que solo le acompañaba en el coche. Ambos admitieron que consumían cannabis. No sorprendió esta última afirmación ya que desprendían un intenso olor a marihuana que durante unos momentos se quedó impregnado tanto en el despacho como en un pasillo de la sede judicial de Vía Alemania.

Una dentadura quemada

Una reciente sentencia de la Audiencia de Palma que condena a un hombre a siete años de cárcel por pegar fuego a un edificio en Sant Antoni de Portmany, en Eivissa, fija varias indemnizaciones para los afectados del incendio. Entre los perjudicados se encuentra la inquilina de una vivienda que perdió su dentadura postiza por el efecto de las llamas. El incendiario tendrá que indemnizarla con 830 euros por la pieza dental.

Saga de atletas

La joven mallorquina Laura Radó, de 17 años, ganó la medalla de bronce en 400 metros en los campeonatos de España sub18 celebrados el pasado fin de semana en Valencia. De casta le viene al galgo, pues Laura es hija de dos consumados atletas, los inspectores de la Policía Nacional Gerard Radó y Janka Jurkiewicz. Los campeonatos de Valencia han supuesto un gran éxito del equipo balear de atletismo, dirigido por Juan Sancha: María Llabrés y Esperanza Cladera fueron cuarta y quinta en 200 metros lisos; Inés Pascual, cuarta en 60 metros vallas; Adrián Albalá, quinto en 200 metros lisos; y Alba López, quinta en 60 metros lisos.