Un juzgado de Palma ha procesado al violador de Capità Vila, de 22 años, por ocho graves delitos: agresión sexual continuada, asesinato en grado de tentativa, robo con fuerza en casa habitada, robo con violencia, incendio, estafa, lesiones y quebrantamiento de condena. El muchacho, que llevaba doce días fugado del centro de menores de es Pinaret, donde cumplía condena, supuestamente asaltó una vivienda de la calle Capità Vila en Palma a mediados de octubre de 2017 y violó de forma reiterada a punta de cuchillo a la moradora, a la que ató de pies y manos, amordazó, golpeó y drogó con pastillas ansiolíticas, para finalmente robarle y pegar fuego a su domicilio.

La víctima, que aún hoy continúa en tratamiento y no ha recibido el alta, logró salvar la vida al liberarse de las ataduras y alertar a un vecino. Los Bombers de Palma tuvieron que intervenir para extinguir el incendio, que causó graves daños materiales en la casa.

El magistrado que instruye el caso ha procesado ahora a Richard Pierre H. D. por un rosario de delitos al existir indicios racionales de criminalidad contra él según se desprende del atestado policial, las declaraciones de la perjudicada y de testigos, el informe pericial de las huellas del sospechoso halladas en el lugar de los hechos y los partes médicos de lesiones de la víctima. El juez, además, ha ratificado la medida de prisión comunicada y sin fianza para el joven, que lleva más de un año encarcelado, y le requiere para que pague una fianza de 250.000 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias que se le podrían imponer.

El auto judicial dictado recientemente también declara la responsabilidad civil subsidiaria del Govern, ya que cuando el joven cometió los hechos se hallaba fugado del centro de menores de es Pinaret desde hacía doce días.

El acusado fue excarcelado el pasado miércoles y trasladado a la sede de Vía Alemania para tomarle declaración indagatoria. El muchacho guardó silencio y se acogió a su derecho a no declarar.

Los hechos se remontan a principios de octubre de 2017 cuando el joven, que tenía entonces 19 años, presuntamente forzó la puerta de entrada de una vivienda de la calle Capità Vila, en Palma, y se apoderó de un televisor que vendió a un tercero ese mismo día. Con posterioridad, el sospechoso regresó al mismo domicilio la mañana del 17 de octubre de 2017. Se introdujo en el piso a través de una ventana desde la azotea. En ese momento, la moradora dormía en una habitación. El asaltante fue hacia su cuarto con un cuchillo en la mano y, cuando la mujer se despertó, le dijo que no gritara y forcejeó con ella colocándose encima y apretándole con fuerza el cuello. La víctima le comunicó que iba a colaborar y él la soltó.

Acto seguido, el joven violó dos veces a la perjudicada a punta de cuchillo y la ató de pies y manos y la amordazó. Luego, se apoderó de una tarjeta bancaria y le pidió la contraseña amenazándola diciendo que si el número no era el correcto volvería para matarla. También le robó un teléfono móvil, la trasladó al vestidor y le dijo que una de las maneras de borrar las huellas era con fuego al tiempo que le exhibía un mechero.

Una vez en el vestidor, el procesado le metió en la boca cinco pastillas de ansiolíticos y la llevó atada al sofá del salón donde de nuevo la violó dos veces. La mujer se hizo la dormida, pero él la quemó en la pierna con el mechero para comprobar si estaba sedada. De nuevo, le introdujo más pastillas en la boca, que la dejaron semiinconsciente, y la golpeó en el rostro. Antes de marcharse del piso dejando a la víctima atada, el sospechoso pegó fuego a la casa. Luego sacó 600 euros de un cajero con la tarjeta robada.

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