Agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia encontraron a las 19.30 horas de este jueves con señales evidentes de violencia y enterrados a los dos hermanos de 5 meses y tres años buscados intensamente desde primeras horas del día, después de que ambos fueran dados por desaparecidos.

Tanto el padre como la madre están detenidos por el doble parricidio, que, al parecer, habría cometido la mujer. Fue precisamente ella quien, después de cuatro horas de interrogatorio, se derrumbó y relató que los pequeños estaban muertos y enterrados detrás de la casa de campo de Godella en la que vivían ilegalmente, situada en la parte trasera de la urbanización Santa Bárbara.

A falta de la autopsia que practicarán hoy los forenses en el Instituto de Medicina Legal de Valencia, adonde han sido trasladados los cuerpos por orden de la jueza de guardia de Paterna, los primeros indicios apuntan a que los niños fueron asesinados a golpes.

La alarma saltó a primera hora de la mañana, después de que la abuela materna de Rachel, de 5 meses, y de Amiel, de tres años, recibiera un mensaje inquietante de su hija en el que se despedía de ella y le decía que "iba a reunirse con el Creador".

Dados los antecedentes psicológicos de la pareja y que era la abuela quien se encargaba tanto de los cuidados de los menores como de procurar alimentos a la pareja, la mujer intentó establecer contacto con ellos y, al no conseguirlo, acudió de inmediato al juzgado a denunciar los hechos.

El padre de los niños de Valencia declara que su mujer intentó ahogarlos. Agencia ATLAS

Casi al mismo tiempo, la Policía Local de Godella acudía a un servicio en la casa, después de que un vecino alertase al 112 diciendo que había visto a un hombre armado con una pistola persiguiendo a una mujer semidesnuda.

Los agentes acudieron al domicilio, en el camino de Ponent, justo en el límite con el término de Rocafort, y encontraron en el interior al hombre, solo y con aspecto de estar "confundido". De esa entrevista apenas pudieron extraer información, pero la alerta saltó por segunda vez: entre frases inconexas, llegó a decir que él solo quería regresar a su país -es belga-, "porque aquí ya no tengo nada; están todos muertos".

Al inspeccionar la vivienda, hallaron rastros de sangre junto a la piscina. Le preguntaron por su mujer y sus hijos, y no supo responder, aunque llegó a decir que "ella ha matado a los niños". Los policías vaciaron la balsa, pero no había ni rastro de los pequeños.

Así las cosas, el hombre fue detenido y trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Moncada mientras se ponía en marcha un amplio dispositivo de búsqueda integrado por 111 personas, 65 de ellas integrantes de la Guardia Civil y el resto, agentes de las policías locales de Godella y los municipios más próximos, Policía Nacional de la comisaría de Burjassot-Godella, Protección Civil y bomberos del Consorcio Provincial.

Oculta en un bidón

La prioridad absoluta era encontrar a los pequeños, pero también a su madre. Sobre las 11.00 horas, agentes del servicio cinológico que participaban en los rastreos con perros adiestrados en la búsqueda de personas hallaron a la mujer, María G. M., de 27 años, semidesnuda, con restos de sangre en las manos y los brazos, escondida dentro de un bidón, en mitad del campo, no muy lejos de la casa.

La mujer fue auxiliada y trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Moncada, que en ese momento ya se había convertido en la base de operaciones, por un lado del rastreo, comandado por un teniente coronel de la Comandancia de València, y por otro, de la investigación del grupo de Homicidios del instituto armado.

Ni María, ni su pareja, Gabriel, quisieron colaborar con los investigadores. Mientras, fueron desfilando por el cuartel los padres de ella, sus amigas, su hermana y todas las personas allegadas a la pareja. El intenso trabajo de los agentes de Homicidios les permitió reconstruir la relación de la pareja, que, según todos los indicios, tienen problemas de tipo psicológico.

Confesión

Pasadas las seis de la tarde, María se vino abajo y confesó los asesinatos. Accedió a llevar a los investigadores hasta el lugar donde estaban enterrados los pequeños. Los coches camuflados salieron de Moncada a las 18.35, rumbo a la casa. Apenas media hora después, localizaban los cuerpos sin vida de Rachel y Amiel, con señales evidentes de violencia.

Los cuerpos fueron levantados a última hora de la noche por orden judicial, mientras los especialistas del laboratorio de criminalística de la Guardia Civil iniciaban una profunda inspección de la vivienda, que proseguirá a primera hora de hoy.