Un acusado ha aceptado este jueves en un juzgado de Palma una condena de dos años de prisión por un caso de acoso inmobiliario en la ciudad.

El sospechoso ha admitido que el pasado verano irrumpió en un piso de Son Gotleu sin el permiso de las dos moradoras, a las que había realquilado la vivienda, y les cortó el agua. El hombre no actuó solo, le acompañaba otro joven, que no ha comparecido este jueves en el juicio.

El encausado se ha declarado autor de un delito de amenazas, otro de coacciones y también de allanamiento de morada. Al haber reconocido los hechos, la fiscalía le ha rebajado la petición de condena y él se ha mostrado conforme con penas que suman dos años de cárcel.

La abogada defensora ha pedido que se le suspenda la pena por un periodo de dos años y la fiscal no se ha opuesto, pero ha propuesto que sea durante tres años. El caso ha quedado visto para sentencia.

El hombre ha confesado que no era el dueño del domicilio, situado en las inmediaciones de la calle Tomás Rullán, en el barrio palmesano de Son Gotleu, pero ha precisado que él estaba a cargo de la vivienda y de los alquileres. Según su versión, un día de finales de julio de 2018, se personó en el piso con otro compinche y entró en el inmueble sin el permiso de las dos moradoras. "Les dije que era el dueño de la casa y les corté el agua", ha asegurado.

Un policía nacional ha recordado que fueron alertados por la central del 091 para que acudieran a la vivienda. "Los dos acusados decían que habían realquilado el piso y que querían que se marcharan las inquilinas. Y las dos víctimas, dos mujeres, explicaron que llevaban dos meses viviendo allí. Una de ellas estaba muy nerviosa, tumbada en el sofá, con un ataque de ansiedad. Según relataron las afectadas, ellos se presentaban en el piso sin permiso varias veces. Accedían porque tenían llave. Fumaban y bebían alcohol en el salón. Y las amenazaban diciéndoles que estaban en situación irregular en el país y que las iban a expulsar", ha manifestado el agente.

"Por eso, ellas pusieron un pestillo por dentro por seguridad. Ese día, entraron a la fuerza derribando la puerta. Entraron en la cocina y cortaron el suministro de agua. Los acusados indicaron que habían entrado en la casa pero negaron haber roto la puerta o haberla forzado, sino que dijeron que la puerta se abrió", ha detallado el policía nacional.