Los padres de la joven discapacitada de 30 años que falleció ahogada en la piscina de un colegio de Palma en diciembre pasado aseguraron ayer en el juzgado que habían dado orden al centro de que la víctima no usara ni se acercara a ese recinto. Lo hicieron, según afirmaron ante el juez, por escrito tras un incidente similar ocurrido en 2001 en el que la chica estuvo a punto de fallecer. El colegio cumplió con esta instrucción, señalaron.

Los progenitores comparecieron ayer en el juzgado de instrucción número 1 de Palma, que investiga el fallecimiento de la mujer y ha imputado a seis monitores del colegio Mater Misericordiae por un delito de homicidio imprudente. Los padres, en calidad de testigos, señalaron que su hija ya estuvo a punto de ahogarse en la misma piscina en el año 2001. En aquella ocasión permaneció dos semanas ingresada en la UCI de un centro hospitalario.

Tras este incidente, explicaron ayer los progenitores, prohibieron al colegio que la joven participara en actividades acuáticas e incluso que se acercara a la piscina ante el temor a que volviera a pasarle lo mismo. Los padres están personados en el proceso judicial como acusación particular a través del letrado Eduardo Luna.

En las próximas semanas están citados a declarar como investigados seis monitores del colegio. Según la investigación de la Policía Nacional, el pasado 13 de diciembre la puerta de acceso al recinto se quedó abierta por un descuido, la víctima se escapó de su grupo y acabó cayendo a la piscina. Los agentes consideran que se incumplió el protocolo de seguridad del colegio.