Cuatro acusados de origen colombiano reconocieron este lunes en la Audiencia de Palma haberse dedicado a traficar con cocaína en Ibiza y Mallorca en 2016 y 2017. Tres de ellos aceptaron sendas penas de tres años y nueve meses de prisión por integrar un grupo criminal asentado en Santa Eulària des Riu que distribuía drogas entre terceras personas. Mientras, un cuarto sospechoso se conformó con seis años de cárcel por otro delito contra la salud pública por organizar una operación para introducir 1,2 kilos de cocaína de gran pureza desde Madrid a Palma en marzo de 2017.

Este último encausado contrató a una 'correo', una mujer colombiana, que fue interceptada en el aeropuerto de Son Sant Joan el 8 de marzo de 2017 tras aterrizar en la isla con dos paquetes con 1,2 kilos de cocaína ocultos en su equipaje. La pasajera viajaba en un vuelo procedente de Madrid. La sospechosa, que se enfrenta a una petición de condena de la fiscalía de nueve años de prisión, hoy se ha acogido a su derecho a no declarar ante el tribunal de la sección segunda.

Por su parte, otros dos investigados, un marroquí y un español, alegaron ante la sala que ambos eran consumidores de estupefacientes y rechazaron pertenecer a la banda de narcos que actuaba en Ibiza.

"No les compraba la droga a ellos. Compraba a mucha gente. A ellos les conozco de consumir. Yo tomaba bastante cocaína desde 2004. Consumía mucho, mentía a mi mujer de forma constante, me costó el divorcio. Me tomaba rayas por la mañana y me fumaba un porro para dormir. Invitaba a mis amigos para luego poderles vender", aseguró el acusado de origen marroquí, quien luego reconoció que distribuía pequeñas cantidades de droga.

"Llevo un año en Proyecto Hombre en Ibiza, ahora tengo trabajo, una nueva pareja...", añadió el sospechoso. Su compinche, español, negó de forma tajante haber vendido droga: "Consumíamos juntos los dos. Yo solo le llevaba algún sitio. Lo transportaba para que él me diera un premio, droga. Desde que entré en la cárcel ya no consumo nada".

Los principales acusados detallaron que estos dos hombres se encargaban de distribuir las sustancias al consumidor final. Según su versión, formaban un grupo criminal que se dedicaba al narcotráfico en Ibiza entre 2016 y 2017. Para ello, contaban con un domicilio en la calle Ginestas en Santa Eulària que era la sede de la banda.

Tanto el líder del grupo como su lugarteniente confesaron en el juicio que esta vivienda era el centro de operaciones donde guardaban la droga. El pasado 7 de agosto de 2017 la Policía Nacional registró esta casa y se incautó dentro de un armario, cerrado con un candado, varias bolsas con ketamina, éxtasis, tetracaína para adulterar la droga y más de 270 gramos de cocaína.

Los agentes inspeccionaron en agosto de 2017 otros domicilios de los sospechosos en Santa Eulària donde intervinieron estupefacientes, dinero y diversos útiles para manipular la droga. La Policía también se incautó de cerca de una decena de teléfonos móviles utilizados por la banda.

Uno de los proveedores del grupo estaba radicado en Palma, donde vendía cocaína. En marzo de 2017 organizó el viaje de una 'correo' para introducir en Mallorca 1,2 kilos de cocaína de gran pureza. Este lunes por la mañana, el sospechoso admitió ser el responsable de esta operación de narcotráfico ante el tribunal. El juicio aún no ha quedado visto para sentencia y prosigue este martes.