1.993 incendios, 1.227 rescates y 1.640 asistencias, incluidos cientos de achiques en zonas inundadas. Y entre ellos, 384 incendios en viviendas y 207 rescates de montaña. Estos son algunos de los datos del balance de actuaciones de los Bombers de Mallorca del año pasado, un periodo en el que destacan sus labores de auxilio durante la torrentada de Sant Llorenç del 9 de octubre, en las que llegaron a participar en diferentes turnos casi 130 bomberos, más de la mitad de la plantilla del cuerpo.

Los 1.933 incendios registrados en la Part Forana durante el año pasado -de los que 384 fueron en viviendas- suponen un ligero descenso respecto a las cifras del año anterior, cuando hubo 2.080, pero la cifra es superior a la de 2016, cuando se produjeron 1.825. El número de siniestros se mantiene relativamente estable alrededor de los 2.000 casos anuales.

En un año en el que apenas hubo incendios forestales graves, la campaña vino marcada por la muerte de Antonio Alfaro, piloto del Ibanat que se estrelló el 12 de junio durante un vuelo de reconocimiento en la costa de Pollença. El peor fuego forestal del año se declaró el 22 de julio en Cala Estellencs. Las llamas estaban muy cerca de la población y fue necesario desalojar a un centenar de personas. El fuego fue finalmente controlado tras arrasar un área pequeña de pinar, de poco más de cinco hectáreas, y no se registraron daños personales. Entre los incendios urbanos destacan el que se declaró el 22 de mayo en un aparcamiento subterráneo de Esporles, que destruyó una decena de vehículos, y el que el 22 de julio arrasó totalmente el restaurante Can Matías de Cala Rajada o el que se declaró el 27 de abril en un edificio de apartamentos de Illetes, que obligó a desalojar a decenas de vecinos.

El otro capítulo destacado de la labor de los Bombers de Mallorca es el de los rescates de personas. De las 1,227 intervenciones realizadas el año pasado, 207 eran rescates de montaña. De nuevo es la cifra es ligeramente inferior a la de 2017, cuando hubo 222, pero mayor que la de 2016, con 183. La cifra se mantiene en torno a los doscientos casos anuales, y supone un gran incremento respecto a años anteriores. El jefe de los Bombers, Pedro Ladaria, hace un llamamiento a la prudencia a la hora de ir a la montaña. "En cualquier sitio podemos tener un accidente y lesionarnos un pie, pero nos estamos encontrando con muchos servicios causados por negligencias, de gente que va a la Serra sin el material adecuado o sin consultar las previsiones meteorológicas". En este apartado destaca el rescate de un ciclista que el 28 de mayo se despeñó por un barranco al salirse de la carretera, cerca del Salt de la Bella Dona, en Escorca. La evacuación fue muy complicada a causa de las graves lesiones que había sufrido el deportista.

Los Bombers han participado durante el año en la búsqueda de media docena de personas extraviadas, entre los que había personas mayores, excursionistas y buscadores de setas. En estas actuaciones ha resultado clave la intervención de los cuatro perros con los que cuenta su Unidad Canina.

Los Bombers cuentan con una plantilla de 249 personas, gracias a la incorporación el año pasado de 24 nuevos miembros. Ello ha permitido incrementar la cifra de efectivos de guardia de 43 a 46, lo que se ha notado en los parques más pequeños: Sóller, Felanitx y FelanitxArtà, que pasan a tener un mínimo de cuatro bomberos por turno, lo que les permite actuar por parejas.

Los cambios de organización han permitido mejorar el tiempo de respuesta, que ha pasado a una media de trece minutos .

Para la próxima semana está prevista además la incorporación de tres nuevos camiones autobomba, que han supuesto una inversión de 900.000 euros, con lo que se reducirá la media de edad de los vehículos que utilizan hasta ahora, cifrada en más de diez años.