La fiscalía pide sendas penas de ocho años de prisión para dos agentes de la Guardia Civil de Eivissa imputados por detener en 2012 a un hombre bajo la falsa acusación de conducir ebrio. Los sospechosos habrían falseado un atestado por un delito contra la seguridad vial, cuando luego se demostró que el afectado no circuló con su vehículo, que estuvo en todo momento aparcado. Los guardias están acusados de falsedad documental, denuncia falsa y detención ilegal. El juicio por estos hechos se celebrará la semana próxima en la Audiencia Provincial de Palma.