Familiares de Paula Fornés, la menor de quince años que murió tras ser atropellada por una conductora ebria el pasado 24 de junio en sa Ràpita, tienen previsto solicitar hoy en Palma mayores controles para evitar accidentes de tráfico provocados por personas bebidas o drogadas. En el acto, que se celebrará en la Plaza de España, estarán acompañados por allegados de otras víctimas de siniestros similares en Eivissa y la península.

Estas familias han recogido 300.000 firmas para solicitar un endurecimiento de las penas por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, una propuesta que ha sido aprobada en el Congreso y el Senado.

Además, los convocantes insisten en la necesidad de ahondar en la prevención de estos siniestros. Han solicitado que el Parlamento Europeo imponga que los automóviles cuenten de serie con sistemas electrónicos detectores de alcohol que impidan la puesta en marcha del coche en el caso de que el conductor haya bebido. Por ello han puesto en marcha una nueva campaña de firmas para llevar a Bruselas esta iniciativa, "necesaria para salvar la vida de muchas personas que pueden ser víctimas de estos conductores".