"Salió de una finca de la calle San Rafael con una mochila y la metió en el maletero del coche. Le seguimos y vimos que hacía cosas muy raras, se paraba con el coche, se bajaba... El jefe del operativo dio la orden de detenerle, colocamos el coche camuflado delante, mi compañero puso la sirena y yo salí y me identifiqué con la placa como guardia civil. Entonces, arremetió contra mí, metió marcha atrás y aceleró. Yo me tuve que tirar a la derecha para que no me atropellara". Un agente ha relatado hoy en el juicio en la Audiencia Provincial cómo un presunto narco intentó huir al verse descubierto el pasado 12 de mayo de 2016 en Palma.

"Si no me hubiera quitado, me hubiera arrollado. Aceleró y condujo de forma temeraria. Le seguimos por varias calles. Se saltó un semáforo en rojo en la calle Reyes Católicos, no respetó un paso de peatones, iba acelerando bruscamente, puso en peligro a otros viandantes, unos obreros incluso le tiraron una paleta y una botella de agua porque iba muy rápido. Nosotros fuimos varias calles tras él hasta que se quedó bloqueado en la calle Lluís Martí. Luego, volvió a dar marcha atrás hasta golpear nuestro vehículo. Entonces, le pudimos detener", ha detallado el guardia civil ante el tribunal de la sección segunda.

"Lo primero que hizo fue pedirnos perdón por lo que había hecho. Miramos en el maletero del coche y en la mochila había un paquete con un kilo de cocaína y documentación fotocopiada de otro sospechoso", ha añadido. A raíz de la colisión sufrida, dos agentes resultaron heridos con contusiones cervicales y dorsales.

Poco después de este primer arresto, el jefe del operativo ordenó la detención de un segundo sospechoso, cuya documentación había aparecido en el coche que se dio a la fuga, un Ford Fiesta oscuro. Los investigadores habían visto juntos a los dos hombres unos días antes e incluso el mismo 12 de mayo de 2016, horas antes de la persecución por las calles de Palma. Les habían hecho seguimientos tras comprobar que ambos habían contactado con una tercera persona, a la que tenían intervenido el teléfono por una operación antidroga.

La Guardia Civil sospechaba, a raíz de una conversación interceptada en la que un interlocutor ofrecía a otro dos coches, pero había que echarles 80 euros de gasolina, que en realidad le estaba ofreciendo dos kilos de cocaína por 80.000 euros.

Tras recibir la orden de realizar el segundo arresto, otros agentes interceptaron al otro encausado cuando salía de un edificio de la calle San Rafael. "A las dos de la tarde me informaron de que le habían cacheado y le habían encontrado entre su ropa un paquete. Dijo que no le podíamos hacer nada porque estaba trabajando para el inspector jefe antidroga de la Policía Nacional. No le hicimos caso y fue detenido", ha relatado el instructor de la Guardia Civil, que investigó el macrocaso antidroga ´Iron Belt´. Según su versión, el paquete que se le intervino contenía también un kilo de cocaína de gran pureza. "Es el mismo paquete de las mismas características que el otro", ha subrayado.

Los dos encausados se encuentran presos, uno de ellos en Picassent, en Valencia. Hoy no han declarado ante la sala. El fiscal solicita para el que huyó y embistió con el coche a la Guardia Civil una condena de 13 años de prisión por un delito contra la salud pública, atentado a la autoridad y conducción temeraria. Mientras, el segundo sospechoso afronta una petición de ocho años de cárcel por un delito contra la salud pública.

El juicio no ha acabado hoy. Las defensas han planteado varias cuestiones previas, como la nulidad de la causa y que declare la matriarca de Son Banya La Paca, su hija La Guapi y el novio de esta última, pero el tribunal ha desestimado todas las cuestiones.