Isabel, de 90 años, lloraba ayer al recordar cómo un joven la tiró al suelo cuando subía las escaleras de su edificio en Palma. "Me estaban esperando. Cuando me caí me mareé y me hice daño en una mano", explicó la anciana en el juicio a tres jóvenes acusados de asaltarla a ella y a otras siete mujeres mayores entre marzo y mayo del año pasado. La fiscalía reclama penas que suman 32 años y medio de cárcel por estos atracos y dos años a otro chico por vender las joyas robadas. Solo una de las perjudicadas ha identificado sin dudar a uno de los acusados.

Los delincuentes llegaron a agredir a algunas de las víctimas para arrebatarles las joyas. Es el caso de Matilde, de 72 años, que a raíz de la agresión padece secuelas. La mujer ha contado que fue atracada el 15 de mayo a la una de la tarde en un portal de la calle Aragó. "Llegaba a casa y vi a un joven llamando al telefonillo. Le vi buena pinta y entré con él. Al ir a abrir el buzón noté que me tiraban de una mochila que llevaba. Entonces vio que tenía una cadena de oro en el cuello. Me pegó un puñetazo en el oído y empecé a sangrar. Rompió la cadena y huyó", narró la mujer. La víctima padeció un traumatismo craneoencefálico y explicó que sufre problemas auditivos desde entonces. Identificó "sin ninguna duda" a uno de los acusados, separados de las víctimas por un biombo, como el joven que la atracó.

El modus operandi utilizado por los delincuentes fue parecido en el caso de Isabel. La nonagenaria subía las escaleras de su edificio en Son Gotleu cuando se topó con dos chicos. Eran las ocho de la tarde del 29 de marzo. "Les dije que pasaran, pero me estaban acechando. Se liaron a tirar del bolso y me tiraron al suelo. Me hice daño en una mano y me quitaron la cadena de mi hijo, que fue lo que más pena me dio, porque está muerto", contó entre lágrimas. "Eran altos y blancos, pero al caer al suelo me mareé y no los recuerdo bien", explicó la anciana al ser preguntada si podría identificar a los autores.

A María Dolores llegaron a arrastrarla por el suelo para quitarle el cordón de oro que llevaba al cuelo. Fue el 17 de marzo cerca del edificio de la Cruz Roja. "Cuando me di cuenta ya estaba en el suelo. Un chico que iba de negro y con una capucha me arrastró y tiró del cordoncillo y la cadena", relató esta víctima, que tampoco ha podido reconocer al delincuente. Lo mismo le pasó a Antònia, de 86 años, asaltada el 20 de abril en la calle Aragó. "Iba tan tranquila y no lo vi venir. Me tiró al suelo y se llevó un cordón y una cruz de oro", recordó la mujer, que sufrió lesiones en el cuello y precisó asistencia médica. Mejor suerte corrió Francisca, de 89 años, a la que un joven abordó en la calle Reyes Católicos el 10 de mayo. "Vino un chico y me dio un tirón a la gargantilla. Me asusté, porque te viene de nuevo, pero no tuve que ir al médico".

Estas seis perjudicadas fueron interrogadas ayer por la fiscal y los abogados de los cuatro acusados en la primera sesión del juicio. Para finales de marzo está previsto que declaren los procesados, acusados de delitos de robo con violencia, lesiones y receptación. Uno de ellos, acusado de participar en varios de los asaltos y que se enfrenta a 20 años de cárcel, está en prisión preventiva.