Piden 300 años de cárcel para 46 acusados de los Ángeles del Infierno de Mallorca

La Audiencia Nacional ha abierto juicio oral contra los miembros del poderoso grupo desarticulado en la isla a finales de julio de 2013 en la denominada 'Operación Casablanca', llevada a cabo de forma conjunta por la Guardia Civil y la Policía Nacional. El magistrado del juzgado central de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha decidido llevar a juicio a 46 sospechosos por 16 delitos: organización criminal, blanqueo de capitales, amenazas, coacciones, falsedad documental, encubrimiento, prostitución, detención ilegal, contra la salud pública, tenencia ilícita de armas, extorsión, omisión del deber de perseguir delitos, cohecho y violación de secretos. El caso será juzgado por la sala penal de la Audiencia Nacional.

El reciente auto de apertura de juicio oral también ha acordado el comiso cautelar de los bienes intervenidos en la operación, tanto propiedades inmobiliarias como vehículos, documentación y dinero, así como la clausura temporal de los locales de la banda. El magistrado también ha fijado fianzas de responsabilidad civil de más de cuatro millones de euros para varios de los sospechosos de blanqueo.

Dentro de la estructura jerárquica de la rama mallorquina de los Ángeles del Infierno destacan en la cúspide el supuesto líder europeo de la organización, Frank Hanebuth, de Hannover (Alemania), para quien el fiscal pide una condena de 13 años de prisión por organización criminal, amenazas, blanqueo y tenencia ilícita de armas; y sus dos lugartenientes, los hermanos Youssafi, Khalil Youssafi, considerado el vicepresidente del capítulo de la banda motera en Mallorca, que afronta 38 años y medio de cárcel por un rosario de delitos, y Abdelghani Youssafi, 'Abdul', con funciones de tesorero y que se enfrenta a 33 años y medio de prisión por parte de la fiscalía.

Otros encausados como Murat K. o Paul E., estrechos colaboradores, afrontan peticiones de condena de 26 años y medio de cárcel y catorce años y medio, respectivamente. Paul E. está considerado por los investigadores como un hombre de máxima confianza de Hanebuth. De hecho, ambos serían los dueños de la mansión Son Paraíso, en Lloret, a través una sociedad interpuesta. Hanebuth fue detenido en esta finca de es Pla de Mallorca, valorada en dos millones y medio de euros. Ambos realizaron también inversiones en la isla y en Costa Rica y trataron de comprar sin éxito el local de alterne El Globo Rojo en Palma.

Mientras, Murat K. presuntamente suministraba drogas a importantes miembros de la organización y se concertó con otros acusados para aquirir dos burdeles en la Playa de Palma y en Gomila. Su objetivo, como el de la mayoría de sospechosos, era lucrarse con la explotación sexual de mujeres en sus locales. Los acusados controlaban a las prostitutas y obtenían grandes beneficios. Incluso, les pagaban operaciones de cirugía estética para hacer a las mujeres "más productivas", según el fiscal. Tres jóvenes checas fueron traídas a Palma desde Bergamo (Italia) y las encerraron en un piso de Can Pastilla hasta que la Policía las liberó.

La banda se asentó en la isla por su situación geográfica, la existencia de negocios de alterne, posibilidad de blanqueo de capitales y de tráfico de drogas.

Entre los acusados figuran dos policías locales de Palma y un guardia civil de la isla. Uno de los policías afronta siete años y medio de cárcel y un sargento de la Guardia Civil, cinco años y medio por cohecho.

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