Una madre ha negó este jueves en la Audiencia de Palma de forma tajante haber violado a su hijo en varias ocasiones aprovechándose de su discapacidad psíquica del 33 por ciento entre 2011 y 2013 cuando este contaba once y doce años en la isla.

La progenitora, en la primera sesión del juicio, recordó que los servicios sociales se hicieron cargo del menor y lo derivaron a un centro de acogida. "Yo siempre iba a visitarlo todas las veces que podía y cuando me autorizaban. Podía sacarlo del centro de viernes a domingo, dos días", detalló la acusada, que se enfrenta a una petición de pena de la fiscalía de once años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal.

"Entre enero de 2011 y agosto de 2013 jamás le hice tocamientos ni hice que me penetrara. Por favor, jamás", recalcó la mujer ante el tribunal de la sección segunda.

"Mi hijo despertó sexualmente en esa época y yo no me di cuenta, no supe...", añadió la madre. "Durante una salida, él se acercó a una mujer. Entonces tenía once años y le tocó los pechos. La chica chilló, salió el novio y me lo trajo la Policía Local. Yo jamás le obligué a hacer nada", insistió la sospechosa.

Su hijo, que ya es mayor de edad, negó los hechos también ante la sala. "Todo eso no es verdad", destacó. Según su versión, un educador del centro en el que estaba ingresado le obligó a decirlo y le amenazó. "Me decía que me pegaría y no era la primera vez", indicó. Según manifestó, mantuvo su relato por miedo a este educador.

El perjudicado ha admitido que cuando era niño estuvo ingresado en un centro porque su madre no le podía cuidar. "Ahora, vivo con ella desde que salí de allí. Desde hace cuatro meses vivo con mi madre, me llevo bien con ella. Mi madre me dijo que dijera la verdad", concluyó el joven.

Un técnico de menores manifestó que vio a la víctima en dos ocasiones y esta le confirmó que lo que había dicho era cierto. "Él me dijo que era verdad", explicó. Luego, el muchacho le informó de que no quería ejercer acciones contra su madre, no quería acusarla. "Creo que él era consciente, él quería parar la acusación contra su madre", apuntó.

El joven tiene diagnosticado un trastorno de déficit de atención (TDA) y presenta un grado de discapacidad del 33 por ciento. "Hago vida normal", subrayó él en la vista oral. Según un educador, el menor le relató en aquellas fechas que mantenía relaciones sexuales completas con su madre e incluso que utilizaba preservativo para que ella no se quedara embarazada. "No tiene capacidad de fabulación, sus respuestas son primitivas, sí y no. Es muy introvertido. Era difícil hacerle preguntas abiertas", declaró el testigo.

En aquella época y debido a los problemas que tuvo en las salidas de fin de semana, se le suspendieron las visitas de dos días con su madre.

El juicio continúa este viernes con la declaración de otros técnicos, especialistas en abusos sexuales a menores de edad. La fiscalía pide para la madre acusada once años de cárcel, la prohibición de comunicarse y aproximarse a su hijo durante quince años y la medida de libertad vigilada durante diez años, en los que deberá participar en un programa de educación sexual. En concepto de responsabilidad civil, el ministerio público solicita una indemnización de 6.000 euros por los daños morales ocasionados.