El presunto asesino de un rumano de 49 años en la localidad mallorquina de Cala Pi El motivo de su arresto ha sido el supuesto apuñalamiento de un compatriota, lo que da una idea de su carácter violento. La Guardia Civil iba tras su rastro hasta que ha confirmado su arresto en el país galo. El cadáver del fallecido fue hallado en el núcleo turístico de Llucmajor, aunque el crimen se sospecha que pudo ser cometido en Palma.

El cadáver de Vasile Manole Costica, rumano de 49 años, fue descubierto en la tarde del 29 de octubre por un buscador de setas tras una pared. El cuerpo estaba en una zona desierta situada junto a la carretera de Cala Pi, en el término municipal de Llucmajor. Aunque inicialmente se barajó la posibilidad de que el hombre hubiera muerto por causas naturales o como consecuencia de una caída accidental, la autopsia echó por tierras todas estas hipótesis. El informe forense desveló que Costica había recibido una paliza y varias puñaladas, entre ellas una herida de degüello. La causa del fallecimiento era la pérdida masiva de sangre.

La investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil sirvió para comprobar que la víctima era un usuario habitual del comedor social del centro de acogida de transeúntes del Camí de Ca L'Ardiaca. Las pesquisas se iniciaron en este punto y se determinó que era un indigentes.

Las posteriores indagaciones condujeron a los agentes del Cuerpo hasta un pequeño asentamiento chabolista rumano situado en el polígono de Son Rossinyol. La investigación determinó que el crimen de Vasile Manole Costica se pudo haber cometida en una de las infraviviendas.

Así, el pasado 15 de noviembre la Guardia Civil, con la ayuda de un perro especializado en la detección de restos biológicos, inspeccionó minuciosamente la chabola del sospechoso en este asentamiento ilegal del polígono de Son Rossinyol, en Palma. Los investigadores mantienen la teoría de que el crimen se cometió en una de estas chabolas y el can se movilizó para tratar de localizar posibles rastros de sangre de la víctima, por diminuto que este pudiera ser. El animal marcó varios puntos. No obstante las muestras tomadas estaban pendientes de que su ADN fuera analizado por el laboratorio para comprobar si se corresponde con el del fallecido.

El residente habitual de esta chabola era otro rumano, que se marchó precipitadamente al día siguiente al hallazgo del cadáver, y se trata de la misma persona que ahora ha sido detenida y encarcelada en Niza por otro acuchillamiento de un hombre. A medida que avanzaron las pesquisas se convirtió en el principal sospechoso del crimen.

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