Un hombre y una mujer fueron condenados ayer por tener cinco aves protegidas de forma irregular y con documentos falsos en un criadero de rapaces de la Serra de Tramuntana. Los acusados admitieron en el juicio que los animales, cuatro cernícalos y un azor, procedían del medio natural y por tanto fueron expoliados. Ambos se declararon autores de delitos contra la fauna y falsedad documental. Él aceptó seis meses de prisión y 1.680 euros de multa; ella acató un sanción de 960 euros. Además, los dos quedan inhabilitados para cualquier profesión relacionada con animales, así como para cazar y pescar, durante seis meses.

Los animales fueron descubiertos por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en el criadero de los acusados. Los investigadores hallaron cuatro cernícalos de cuatro semanas que los condenados habían expoliado del medio natural. Tenían también un azor cuya documentación no coincidía con el animal. Las dos especies están especialmente protegidas. Las aves fueron intervenidas.

La fiscalía reclamaba inicialmente tres años de cárcel para casa uno de los acusados, pero ayer rebajó su petición tras alcanzar un acuerdo con los abogados defensores y los acusados se declararon culpables.