La Audiencia Nacional ha condenado a doce personas por estafar más de 130.000 euros con tarjetas de crédito clonadas en Mallorca. Los acusados obtenían las las numeraciones de Internet y efectuaron casi un centenar de pagos fraudulentos en comercios de la isla, algunos de cuyos propietarios formaban parte de la trama. Todos reconocieron su implicación en los hechos el pasado lunes durante el juicio celebrado en Madrid y se conformaron con penas de entre seis meses y dos años de cárcel por delitos de estafa y falsificación de tarjetas de crédito tras alcanzar un acuerdo con la fiscalía. El pacto incluye apreciar las atenuantes de dilaciones indebidas y reparación del daño, ya que han devuelto parte del dinero defraudado.

La banda actuó desde mediados de 2009 hasta que fue desmantelada en marzo de 2010 en la una operación conjunta de la Policía y la Guardia Civil dirigida por el juez Baltasar Garzón desde la Audiencia Nacional. Una década después, la sentencia sitúa a Fernando A.G. y Dimitar B.I. como cabecillas de la organización. Estos dos hombres idearon un plan para obtener los datos de tarjetas de crédito de otras personas de numerosos países a través de Internet para luego plasmarlos en tarjetas en blanco.

Los líderes de la red utilizaban a siete personas para cometer el fraude. Estas se encargaban de pagar con las tarjetas en todo tipo de establecimientos de la isla, adquiriendo productos que luego revendían. La sentencia detalla compras en joyerías, peleterías, agencias de viajes, supermercados y estancos, entre otros comercios.

Otra rama de la organización estaba formada por cuatro dueños y encargados de sendos bares y restaurantes de la isla. Con su connivencia, se realizaban cargos fraudulentos con las tarjetas clonadas en los datáfonos de sus negocios. La investigación reveló que en algunos de estos establecimientos se efectuaron 130 operaciones en horas que el negocio estaba cerrado al público.

La 'Operación Bullit' puso fin a las actividades de la banda. El 9 de marzo de 2010, los investigadores arrestaron a trece sospechosos en una gran operación llevada a cabo en Palma. Los agentes encontraron en los domicilios de los sospechosos material informático para clonar las tarjetas y diversos efectos adquiridos mediante el fraude. Buena parte de los sospechosos ingresaron en prisión provisional por orden judicial.

La fiscalía de la Audiencia Nacional acusó a los sospechosos de varios delitos y reclamó para ellos condenas de hasta siete años de prisión. Sin embargo, las penas han quedado notablemente reducidas tras el acuerdo entre el ministerio público y los abogados defensores, entre ellos Gaspar Oliver y Daniel Castro.

Doce de los procesados comparecieron el pasado lunes ante la sala de lo penal de la Audiencia Nacional. Allí reconocieron los hechos ante el tribunal. Los cabecillas aceptaron las mayores penas por delitos de falsificación de tarjetas de crédito y estafa. Dimitar B.I. se conformó con dos años de prisión y Fernando A.G. acató once meses de cárcel. El fallo considera que este hombre actuó con sus facultades atenuadas por el trastorno bipolar que padece.

Los otros diez acusados que actuaron como colaboradores se declararon autores de un delito continuado de estafa, por el que aceptaron sendas penas de seis meses de prisión. A todos se les apreciaron las atenuantes de dilaciones indebidas, ya que la causa judicial estuvo paralizada durante años, y reparación del daño.