La tensa calma de Son Gotleu saltó por los aires el 29 de agosto de 2011. La muerte de Efosa Okosun, un joven nigeriano de 28 años que se precipitó al vacío desde la azotea de un edificio en Son Gotleu, desencadenó la revuelta. La Policía apuntó a una caída accidental, pero la comunidad africana sostenía que había sido asesinado por un clan gitano y reclamaba "justicia". El barrio se convirtió en territorio comanche, acabó tomado por decenas de agentes y obligó a intervenir al Ayuntamiento y los autoproclamados líderes de ambas comunidades para calmar los ánimos.
La violencia comenzó cuando el cadáver de Okosun todavía yacía en la calle Tomàs Rullàn. Un centenar de inmigrantes se congregó en el lugar, lanzando proclamas contra la comunidad gitana. Sostenían que el chico había sido arrojado al vacío por tres miembros de un clan, abriendo la puerta a un posible ajuste de cuentas. A modo de protesta, incendiaron contenedores y arremetieron contra los coches aparcados. La turba se enfrentó a pedradas contra la Policía, que acabó realizando varias cargas con material antidisturbios para disipar a la enfurecida multitud.
La situación fue peor por la mañana, cuando los nigerianos volvieron a reunirse e intentaron manifestarse por las calles de Son Gotleu. De nuevo llovieron las piedras y volaron las pelotas de goma, en unos durísimos enfrentamientos entre los africanos y la Policía que se prolongaron durante varias horas. La batalla campal acabó con un sinfín de vehículos dañados y buena parte del mobiliario urbano destrozado. Hubo una decena de detenidos y varios agentes heridos.
Un enorme despliegue policial y la intervención de varias asociaciones de inmigrantes lograron poner fin a los disturbios. Pero en el barrio seguía mascándose la tensión.
En los días siguientes se produjeron varias reuniones entre los líderes de ambas comunidades, representantes del Ayuntamiento y mandos policiales para apaciguar el barrio. No volvieron a producirse incidentes graves y la investigación confirmó que Okosun cayó de forma accidental.
