El magistrado de guardia de Palma acordó ayer el ingreso en prisión del hombre de 39 años detenido el pasado miércoles al anochecer por presuntamente quemar contenedores en la zona de s'Arenal. El arrestado declaró ante el juez y negó todos los cargos.

El sospechoso, que cuenta con antecedentes por hurtos, sobre todo en la península, negó ser el autor de los cuatro fuegos que se le imputan en el Coll den Rabassa y en la Playa de Palma en noviembre y diciembre de 2018.

El arrestado indicó que no tiene trabajo y que se dedica a recoger chatarra. Una cámara de videovigilancia captó una secuencia en la que él aparece mirando dentro de unos contenedores que luego a los pocos minutos se quemaron.

El sospechoso argumentó que estos depósitos se encuentran cerca de su domicilio y que suele aproximarse y rebuscar allí para ver si encuentra algo de chatarra. También aseguró que en ocasiones se acerca a los contenedores para orinar. Respecto a la capucha, explicó que era para protegerse del frío.

Intervienen un mechero

En el momento de ser detenido por la Policía Nacional, acusado de los delitos de daños e incendio, se le intervino un mechero. El arrestado comentó que es fumador y que por ello suele llevar habitualmente un encendedor entre sus pertenencias.

El jueves por la tarde el sospechoso se acogió a su derecho a guardar silencio en la Jefatura Superior de Policía, en Palma. Ayer al mediodía compareció ante el magistrado de guardia. Su declaración apenas duró media hora. En todo momento negó de forma tajante los cargos.

El fiscal pidió su ingreso en prisión ante los indicios incriminatorios que hay contra él. Se le acusa de ser el autor de cuatro incendios en el Coll den Rabassa y s'Arenal los días 25 y 26 de noviembre y 1 y 9 de diciembre. En total, se quemaron una decena de contenedores. Finalmente, el juez decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido acusado de un delito de incendio o daños a través de incendio.

La Policía Nacional sigue buscando a otros incendiarios que habrían pegado fuego al grueso de los 334 contenedores que han ardido por toda la ciudad desde diciembre de 2017, lo que ha supuesto grandes pérdidas económicas para las arcas municipales.

El Grupo de Atracos está volcado en las pesquisas para identificar al resto de implicados, que en principio no tendrían ninguna relación entre ellos.