Un preso de la cárcel de Palma aceptó ayer una condena de dos años y medio de prisión por herir a ocho funcionarios, a los que cortó con una lata rota y dio golpes y patadas, en el módulo de aislamiento del centro penitenciario. El acusado, con antecedentes por agresiones, reconoció los hechos y se mostró conforme con las penas durante el juicio. Además, deberá indemnizar a cada una de las víctimas con entre 950 y 4.800 euros por las lesiones y las secuelas que padecen.

Los hechos ocurrieron hacia las ocho y media de la tarde del 30 de agosto de 2017. El preso estaba recluido en el módulo de aislamiento de la cárcel de Palma y empezó a golpear la puerta de su celda con insistencia. Muy alterado, el interno reclamaba acceder al primer grado penitenciario.

El jefe de servicio del penal intentó calmarle desde fuera, pero no lo consiguió y decidió abrir la puerta de la celda y entrar junto a otros compañeros. El preso les recibió con un trozo de lata de refrescos rota en cada mano, que utilizó a modo de cuchillas.

El condenado atacó primero al jefe de servicio, al que causó siete cortes en el antebrazo. Otro trabajador de la cárcel sufrió también heridas en el antebrazo y el codo al protegerse de las cuchilladas.

El acusado acabó siendo reducido y trasladado a una celda de contención y siguió mostrándose muy agresivo y violento. Otros siete funcionarios que intentaron inmovilizarlo y llevarlo a esa zona recibieron golpes y patadas. Sufrieron luxaciones, esguinces, torceduras y contusiones en varias partes del cuerpo. La mayoría estuvo de baja varias semanas y tres de ellos padecen secuelas.

La fiscalía solicitaba inicialmente para él diez años de prisión y multas por delitos de atentado, lesiones y maltrato. Ayer, antes de la celebración, su letrado y la fiscal alcanzaron un acuerdo y finalmente el acusado aceptó penas que suman dos años y medio de prisión.

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