El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha condenado a diez años de prisión a un individuo por un delito continuado de agresión sexual, amenazas y malos tratos a su pareja en su domicilio de Inca. A petición de la víctima, el procesado será expulsado de territorio nacional en enero de 2020 a su país de origen, Marruecos, una vez que haya cumplido un tercio de la pena. Asimismo, la resolución judicial establece el alejamiento de la afectada durante 21 años y la libertad vigilada por un periodo de 15 años.

Los hechos por los que este miércoles fue juzgado tuvieron lugar en Inca a partir de diciembre de 2016. La pareja se había conocido a través de una red social. Tras verse en dos ocasiones en Segovia, donde él residía, él se mudó a Inca, donde vivía la víctima para empezar a convivir.

Los malos tratos se iniciaron a partir de la segunda semana de convivencia. Él le dispensaba a ella un continuo trato degradante y menosprecio, jalonado con continuos insultos como "desgraciada" o "las mujeres no servís para nada".

Ante las reiteradas peticiones de él de casarse para regularizar su situación en España, ella se negaba y el trato empeoró aún más. "Vas a firmar los papeles aunque sea muerte", la amenazó.

El encausado obligó reiteradamente a la víctima a mantener relaciones sexuales. Cuando ella se negaba o se resistía, no vacilaba en utilizar la fuerza.

En una ocasión, cuando la afectada se encontraba en el periodo de menstruación, el sujeto hizo caso omiso a la reiterada negativa de la víctima a mantener relaciones sexuales. El agresor se introdujo en la cama de la mujer y la forzó. La agresión sexual precisó de asistencia facultativa y de 15 días para su curación.

Tras estas continuas agresiones, la víctima decidió poner fin a la relación el 11 de enero de 2017. Por miedo a su reacción, la mujer llamó a sus hijos y a su yerno. Además, la afectada le instó a que se fuera de casa y a que volviera a Segovia. El sujeto se negó y ella llamó a la Guardia Civil, que le detuvo al día siguiente.

El fiscal consideró, en su escrito de acusación, que los hechos son constitutivos de maltrato habitual en el ámbito familiar, un delito continuado de agresión sexual y otro de amenazas.