Un joven aceptó ayer un año de prisión por robar 1.200 euros, un ordenador portátil y un teléfono móvil en un comercio de Palma tras forzar el acceso al sótano. El procesado era adicto a las drogas, por lo que se le apreció una atenuante de toxifrenia. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 4 de enero de 2018, cuando el joven, como reconoció ayer durante el juicio, dobló los travesaños de una puerta para entrar en el establecimiento y se apoderó del dinero y los aparatos.