Nueve personas fallecieron el año pasado en Balears en accidentes provocados por conductores que circulaban bajo los efectos del alcohol o las drogas. Una de cada cinco víctimas del tráfico, sin tener en cuenta los casos en los que quien circulaba ebrio o drogado causó su propia muerte. Es la misma cifra que el año anterior, mientras que las víctimas confirmadas de estos accidentes. Esta es una de las primeras conclusiones sobre los efectos que la conducción tras la ingesta de alcohol o drogas tiene en las islas.

A lo largo del año pasado fallecieron en Balears 48 personas en accidentes de tráfico, una cifra muy baja en comparación con años anteriores, y que se acerca a los mínimos históricos desde que hay registros, en 1960.

Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos de las estadísticas es el alto porcentaje de accidentes mortales en los que los conductores fueron posteriormente detenidos al dar positivo en los tests de alcohol o drogas. Nueve muertos, casi un 20% del total. De ellos, tres viajaban en turismos o minicoches, dos eran ciclistas, dos más motoristas y otros dos eran peatones que fueron atropellados.

El primer caso registrado el año pasado fue también uno de los peores siniestros de este periodo. El 27 de enero un turismo circuló durante varios kilómetros y a gran velocidad por los carriles destinados al sentido contrario de la autopista de Inca, hasta que finalmente se estrelló frontalmente contra otro coche. El primer vehículo iba ocupado por dos hermanos, de 20 y 18 años. El más joven, que iba en el asiento del copiloto, falleció en el acto, mientras que el conductor y la ocupante del otro turismo, una chica también de 20 años, sufrieron lesiones muy graves. Los análisis a los que fue sometido el joven que conducía en el hospital de Son Espases arrojaron una tasa de alcohol en sangre que cuadruplicaba la máxima permitida.

En abril, con la llegada de numerosos ciclistas que vienen a practicar deporte a Balears, hubo dos accidentes mortales. El día 1 murió un ciclista británico de 47 años tras ser atropellado cerca de Sant Lluís, en Menorca. El conductor del coche, un estadounidense de 25 años, fue detenido al dar positivo en la alcoholemia. El día 5 una mujer arrolló a un pelotón de ciclistas alemanes en las proximidades de Cala Rajada. Hubo un muerto y ocho heridos. La conductora, de 28 años, dio positivo en cannabis, por lo que fue arrestada.

El 7 de mayo falleció una mujer de 45 años en la colisión de una furgonet y un coche en s'Illot. El conductor del otro vehículo, un joven de 28 años, dio positivo en alcohol y drogas. Ese mismo mes, el día 13, falleció en Son Espases un menor de 16 años que estaba en estado grave desde el 21 de enero, cuando sufrió un accidente mientras iba de paquete en un ciclomotor por el túnel de Sóller. El chico que conducía, de 17 años, que resultó herido, dio positivo en la alcoholemiapositivo en la alcoholemia.

En la madrugada del 24 de junio, una adolescente de 15 años, Paula Fornés, falleció atropellada por un coche en sa Ràpita, cuando regresaba de celebrar la Nit de Sant Joan. La conductora cuadruplicó la tasa máxima de alcohol. Dos días después falleció un motorista de 50 años en Eivissa, arrollado por un coche cuyo conductor dio positivo en drogas.

El día 14 de julio murió un peatón marroquí de 48 años tras ser atropellado por una furgoneta en una rotonda de sa Pobla. El conductor fue también detenido al dar positivo en cocaína.

El último accidente mortal provocado por un conductor ebrio ocurrió el pasado 15 de diciembre en la carretera Palma-Manacor, a la altura de la Costa de Xorrigo15 de diciembreCosta de Xorrigo. La víctima fue un hombre de 51 años que circulaba en un minicoche, y que fue alcanzado por detrás por un turismo. El conductor se dio a la fuga, pero fue localizado y detenido poco después. Dio positivo en el test de alcoholemia.