Un joven senegalés aceptó este martes una condenada de cuatro años de prisión por intentar violar a una turista británica en Magaluf, en Calvià, el pasado verano. El acusado reconoció durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial que se metió en el baño de mujeres de un bar y trató de desnudar a la víctima para forzarla a mantener relaciones sexuales. Así, se declaró autor de un delito de agresión sexual en grado de tentativa, por el que además de la pena de cárcel aceptó ser expulsado de España cuando cumpla dos terceras partes de la condena, indemnizar a la víctima con 10.000 euros y una orden de alejamiento de ella durante ocho años. El hombre lleva algo más de seis meses en prisión preventiva.

Los hechos, según ha admitido el procesado, ocurrieron entre las ocho y las ocho y media de la tarde del pasado 24 de junio. El joven, en situación irregular en España, se encontraba en un bar del paseo marítimo de Magaluf. En un momento dado, se dirigió al baño de mujeres del establecimiento, donde abordó a una turista británica de 29 años que estaba a punto de salir.

El acusado se abalanzó sobre la mujer, la empujó con fuerza para meterla en uno de los cubículos, cerró la puerta y tiró a la joven contra la pared. Entonces intentó quitarle la ropa y penetrarla vaginalmente. No lo consiguió, pero acabó eyaculando sobre la ropa de la víctima. La mujer denunció lo ocurrido y el hombre fue detenido poco después. Desde entonces permanece en prisión provisional por orden judicial.

El procesado compareció este martes ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial. La fiscalía reclamaba inicialmente seis años de prisión para él por un delito de intento de agresión sexual. Sin embargo, el ministerio público alcanzó un acuerdo de conformidad con el abogado defensor, Vicente Campaner, antes de la celebración del juicio y la pena quedó rebajada a cuatro años de cárcel.

El acusado aceptó esta condena, que será sustituida por su expulsión del país cuando cumpla dos terceras partes de la misma, esto es, tras pasar dos años y ocho meses en el centro penitenciario. También acató la prohibición de regresar a España en diez años, seis años de libertad vigilada durante los que deberá someterse a un programa de educación sexual, la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante ocho años e indemnizarla con 10.000 euros, aunque aseguró que no dispone de ese dinero.