Aprovechando que la anciana a la que cuidaba había sido hospitalizada y le había dado poderes para hacer gestiones y hacer uso de su tarjeta visa, la asistenta le desvalijó la cuenta corriente y se apropió de al menos 38.000 euros que la víctima tenía en una cuenta corriente en una sucursal bancaria de Peguera. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma la ha condenado a dos años de prisión por un presunto delito de apropiación indebida y a devolver a la víctima el dinero detraído.

Los hechos por los que la cuidadora ha sido condenada por la Audiencia Provincial de Palma tuvieron lugar en septiembre de 2013. Entonces, una anciana francesa de 86 años contrató los servicios de forma verbal de una mujer para que le asistiera. La enfermedad que padecía le impedía cualquier tipo de movilidad.

El estado de salud de la anciana empeoró sustancialmente y tuvo que ser ingresada en un hospital. Al carecer de parientes cercanos en Mallorca, ya que no mantenía relación alguna con su hijo, depositó toda su confianza en la mujer que se encargaba de su cuidado, a la que abonaba unos 800 euros mensuales.

A raíz de la estrecha relación que mantenía con su cuidadora, el 12 de diciembre de 2013 la anciana otorgó poderes ante notario a su asistenta. Este escrito facultaba a la cuidadora para realizar en nombre de la mujer, a la que tenía encomendado su cuidado, todo tipo de gestiones ante las entidades bancarias. También se le habilitaba para disponer de dinero, realizar cobros y pagos.

Uso de la Visa

Además, en una clara demostración de la confianza que mantenía en su cuidadora, la anciana permitió a su asistenta hacer uso de la tarjeta de crédito Visa, emitida por la entidad francesa de la que la afectada era titular.

A partir de este momento, la cuidadora se aprovechó de la circunstancia de que la anciana que la había contratado se encontraba en el hospital para hacer un uso desmedido de los poderes que le habían transferido.

Así, el 7 de febrero de 2014 la cuidadora acudió a una sucursal bancaria de Peguera y realizó una extracción de 38.000 euros que la anciana tenía allí depositados. Por supuesto no contó con el consentimiento de la afectada. La asistenta realizó otra serie de extracciones, cada una de 300 euros, y sacó 5.400 euros. La anciana le reclamó la primera cantidad.

La sentencia considera a la cuidadora responsable de un delito de apropiación indebida y la condena a dos años de prisión, a una multa de 1.440 euros y a reponer los 38.000 euros detraídos.