Un agente de la Guardia Civil ha sido condenado a dos años de prisión por herir a otro con un vaso en una discoteca del Paseo Marítimo de Palma. El procesado golpeó a su rival en la frente con el recipiente, que se rompió y causó un profundo corte en la muñeca de la víctima. El perjudicado sufrió graves lesiones en la mano y le han quedado importantes secuelas, por lo que deberá ser indemnizado con 109.379 euros.

La sección primera de la Audiencia Provincial ha confirmado íntegramente la sentencia de un juzgado de lo penal, que declaró al agente acusado autor de un delito de lesiones con instrumento peligroso. El fallo, comunicado a la Comandancia de la Guardia Civil para que adopte las medidas pertinentes, ya es firme y contra él no cabe recurso.

Los hechos ocurrieron poco antes de las cuatro de la madrugada del 1 de septiembre de 2013. Los dos guardias se encontraban en un bar de copas. El ahora condenado golpeó primero en la cabeza a su compañero para recriminarle que estuviera molestando a su novia y la amigas de esta. Los dos funcionarios se enzarzaron entonces en una pelea.

Durante la riña, el procesado propinó un fuerte golpe en la frente con un vaso de cristal a su rival. El recipiente se rompió y produjo un corte profundo en la muñeca izquierda de la víctima, que había levantado la mano para protegerse. Además, el acusado inmovilizó al otro guardia cogiéndolo de espaldas y por el cuello, lo que provocó que ambos cayeran al suelo. Allí, el condenado le propinó varios puñetazos.

La víctima sufrió importantes lesiones. La más grave, causada por el corte en la muñeca izquierda, que le seccionó el nervio mediano y afectó a músculos y tendones. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, estuvo tres días hospitalizado y tardó dos años y tres meses en recuperarse, tiempo durante el que estuvo de baja.

Al guardia herido le han quedado importantes secuelas. Según la conclusión del médico forense que lo examinó, se verá afectado para todas las actividades de su vida cotidiana que impliquen fuerza o tensión con la mano izquierda.

El juzgado de lo penal de Palma impuso al agresor dos años de prisión por un delito de lesiones con instrumento peligroso y le ordenó que indemnizara a la víctima con 109.379 euros por las heridas y las secuelas. El condenado recurrió el fallo ante la Audiencia Provincial, alegando que no había quedado acreditado que las lesiones padecidas por la víctima fueran consecuencia directa de la agresión. Sostenía que el corte en la muñeca pudo ser fruto de una caída sobre los cristales cuando estos cayeron al suelo.

El tribunal de la sección primera, sin embargo, ha rechazado todas sus pretensiones. Los magistrados confirman así el fallo del juzgado de lo penal y condenan al apelante a abonar las costas del recurso, incluidas las de la acusación particular.

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