Como cada Navidad, la Guardia Civil y la Policía Local de Palma inician un campaña de controles en las carreteras de la isla y en las calles de la ciudad para prevenir los casos de conductores ebrios y drogados. Los agentes hacen hincapié en las comidas y cenas de empresa para que la gente que haya bebido no se ponga al volante. Por este motivo, se incrementan los controles en puntos estratégicos a la hora de la sobremesa. El pasado miércoles, a media tarde, un redactor de este rotativo se topó con uno de estos dispositivos cuando se dirigía a su puesto de trabajo. Un guardia civil le indicó que se parara en el arcén. Acto seguido, el agente, muy serio y educado, le requirió su carné de conducir a través de la ventanilla del coche. Luego, le preguntó sobre la titularidad del vehículo.

¿Ha tomado drogas?

¿Ha tomado drogas?

El guardia se dirigió de nuevo al conductor. "¿Ha bebido alcohol?", le preguntó. La respuesta fue "no". "¿Y ha tomado drogas?", continuó. La contestación volvió a ser un no. "¿No ha fumado un porro ni ha consumido cocaína?", interrogó el agente. Otra vez, el conductor dijo que no y en su mente surgió un pensamiento: "Pero bueno, menuda pinta debo de tener de toxicómano". El usuario se ofreció a que le hicieran la prueba de alcoholemia o el test de detección de drogas. Entonces, el investigador indicó: "No, no hace falta, no se preocupe". Cuando ya estaba a punto de acabar el trámite, el agente, en un tono ya más relajado y distendido, indicó al conductor. "No, si usted puede tomar todas las drogas que quiera, pero no se ponga al volante y también ya sabrá las consecuencias nocivas que tiene para su salud", le informó. "Yo no tomo drogas, como mucho una cerveza cuando estoy en el pueblo y cuando no trabajo", insistió el conductor. "Bueno, pues con dos cervezas como usted sabrá ya da positivo, buenas tardes y ya puede continuar. Y, recuerde, abróchese el cinturón", se despidió el guardia civil con una sonrisa. Los controles son una realidad, lo hemos comprobado.

A puerta abierta

A puerta abierta

El pasado jueves, la abogada de la acusación particular pidió a la Audiencia de Palma celebrar a puerta cerrada un juicio contra un joven acusado de violar a una menor y abusar sexualmente de su hermana en la azotea de un céntrico hotel de la ciudad. La fiscalía se adhirió a la solicitud, pero el abogado defensor se opuso. Finalmente, el tribunal decidió que solo sería a puerta cerrada la declaración de una de las víctimas y el resto, en audiencia pública al primar el interés general y para no dar lugar a especulaciones, como ocurrió con el juicio de La Manada.

Una intérprete muy efectiva

Una intérprete muy efectiva

El juicio con jurado contra el asesino de Lucía Patrascu contó con una intérprete de rumano que fue traduciendo al acusado todo lo que ocurría en las sucesivas vistas orales. Durante una de las sesiones, intervino un testigo que hablaba en inglés. La intérprete de rumano también tradujo en inglés. La magistrada presidenta le agradeció su efectividad.

Mala suerte

Mala suerte

El pasado miércoles, con Son Banya tomado por la Policía mientras se procedía al desalojo de varias viviendas ilegales que iban a ser derribadas, un turismo BMW de alta gama se introduce en el acceso al poblado. Los tres jóvenes que hay en su interior no tienen tiempo de reaccionar y se ven sorprendidos por el control policial instalado en la entrada. No son residentes allí, por lo que la pregunta de los agentes es inevitable: ¿Qué van a hacer en Son Banya? La respuesta no debió convencerles, porque los policías les sometieron a un minucioso registro, tanto a los ocupantes como al vehículo. Al final, no encontraron nada ilegal, y les conminaron a que se fueran, cosa que hicieron sin protestar.

A juicio con su bebé

A juicio con su bebé

Esta semana compareció en la Audiencia Provincial una mujer acusada de trata de seres humanos por presuntamente haber captado a una joven en Nigeria con una falsa oferta de trabajo para finalmente obligarla a ejercer la prostitución en dos clubs de alterne de Inca. La sospechosa se presentó en la vista con su bebé en el cochecito. El juicio se suspendió y se pospuso para otro día. El presidente de la sala le pidió si podía dejar a la niña con algún allegado cuando se celebre la vista oral. Ella contestó que buscaría a una amiga.

Deseos navideños

Deseos navideños

Durante la copa de Navidad con la que el jefe superior de Policía obsequió a los representantes de la prensa esta semana apuntó uno de sus objetivos principales: mejorar la cooperación con la Guardia Civil y Policía Local de Palma. Se trata de un deseo recurrente entre sus predecesores pero que rara vez llegó a materializarse. Sin embargo, el comisario Gonzalo Espino juega con una baza a su favor, su excelente relación con el nuevo coronel de la Guardia Civil de Balears, Alejandro Hernández Mosquera, reforzada durante los años en el que uno era responsable del equipo de seguridad de la reina Sofía y el otro jefe de los escoltas del presidente del Gobierno, años en los que tuvieron que trabajar estrechamente.