El colegio Madre Alberta de Palma no pidió autorización al Ayuntamiento de la ciudad para realizar la prueba de orientación cronometrada en el exterior de la escuela en la que falleció una alumna de 14 años tras ser atropellada por un taxi a finales de abril de 2017. Al inicio de esta actividad los menores debían cruzar la calle Miquel Lladó. Un maestro les llamaba por el nombre y, con el cronómetro en la mano, les daba la salida de forma individual. Los alumnos atravesaban la calzada corriendo y se adentraban en un bosque siguiendo unas pistas de orientación.

La Policía Local de Palma ha confirmado hace unas semanas que el centro educativo no pidió permiso para la "práctica deportiva" que se llevó a cabo el pasado 26 de abril de 2017. Según consta en un informe, tanto en el Servicio de Autorizaciones de Tráfico (SAT) como en la agenda de los mandos no figura que se solicitara previamente a la Policía Local autorización para la prueba deportiva que se realizó en la calle Miquel Lladó.

La magistrada que investiga el caso había pedido a la Dirección General de Tráfico (DGT) y a la Policía Local de Palma que indicaran si esta actividad contaba con permiso, como había propuesto el abogado de la acusación particular, Daniel Castro, en representación de los padres de la niña fallecida. La alumna fue atropellada por un taxi el 26 de abril de 2017 en la calle Miquel Lladó cuando realizaba la prueba de orientación.

Sufrió gravísimas lesiones e ingresó en Son Espases. Allí, permaneció en estado crítico hasta que el 3 de junio de 2017 falleció. Dos profesores y el taxista están investigados en la causa.