La Audiencia de Palma ha condenado a 22 años de prisión a Ioan Ciotau por asesinar a cuchilladas a su mujer, Lucía Patrascu, en el balcón de casa en el Port de Pollença el pasado 29 de mayo de 2016.

La magistrada presidenta del jurado popular ha impuesto al acusado, de 60 años y origen rumano, la misma pena que solicitó la fiscalía, la acusación particular y la acusación popular por el crimen machista. En concepto de responsabilidad civil, la jueza ha fijado una indemnización de 200.000 euros para los dos hijos de la fallecida por el daño moral sufrido.

El jurado declaró el pasado viernes culpable por unanimidad a Ioan Ciotau de un delito de asesinato con alevosía y la circunstancia agravante de parentesco.

La sentencia, que aún no es firme, destaca la frialdad del encausado, que asestó las últimas puñaladas cuando la víctima estaba ya agonizando, agarrada a la barandilla del balcón y sin posibilidad siquiera de moverse.

Además, la magistrada también tiene en cuenta las frases proferidas por Ioan Ciotau tras la comisión del delito, quien "persistía en la ofensa hacia su mujer y en una justificación machista de quien se cree dueño de la vida de su esposa, cosificándola aun después de muerta". Según apuntaron varios testigos en el juicio, tras perpetrar el crimen el hombre les dijo en la calle que había matado a su mujer porque era una puta.

La jueza también ha valorado para fijar la pena de 22 años de cárcel por asesinato el número de cuchilladas asestadas, que si bien no llegan a integrar la agravante de ensañamiento, "sí que son, en número (seis), desproporcionadas para conseguir el resultado querido", así como la fuerza que empleó el asesino. Este hecho quedó reflejado en la profundidad de las heridas, una de ellas tenía orificio de entrada y salida y otras del costado iban acompañadas de hematoma, lo que significa que el mango del cuchillo llegó a hacer tope con la carne, según se desprende de la sentencia.

Los hechos ocurrieron el pasado 29 de mayo de 2016 en el domicilio en el que hasta hacía tres semanas convivía el matrimonio en el Port de Pollença. Sobre las diez de la mañana de ese día, Lucía Patrascu, de 47 años, llegó a casa. Su marido, Ioan Ciotau, que se hallaba en el salón, empezó a discutir con ella al recriminarle su ausencia y preguntarle dónde había estado.

En el transcurso de la disputa, el hombre la agarró fuertemente del cuello de manera súbita e inesperada. Lucía logró zafarse de la agresión gracias a la intervención de su hijo y corrió hacia el balcón para pedir ayuda.

Mientras, su esposo aprovechó para ir a la cocina, cogió un cuchillo monocortante de unos 16 centímetros de hoja y, con la clara intención de asegurar la muerte de Lucía sin que ella pudiera defenderse, la alcanzó en la entrada del balcón donde le asestó varias puñaladas, algunas por la espalda, el pecho, el costado y la zona escapular.

Ioan Ciotau volvió unos instantes al interior de la casa para regresar al balcón donde la víctima intentaba incorporarse malherida del suelo agarrándose a los barrotes de la barandilla y la acuchilló de nuevo en el pecho sin que ella pudiera defenderse.

Lucía Patrascu falleció debido a las múltiples y graves heridas de arma blanca que hicieron que se desangrara. Su marido fue detenido al bajar a la calle. Desde hace dos años y medio está preso.

La sentencia que se ha hecho pública el miércoles subraya que los dos hijos de Patrascu deben ser indemnizados por la pérdida de su madre y el sufrimiento padecido. "La pérdida de una madre joven, 47 años a fecha de los hechos, a manos de quien es tu padre, evidencia un daño moral que ha de ser indemnizado", concluye la resolución.