Rafael Pantoja rompió ayer su silencio. El hombre que el pasado 16 de noviembre asesinó a cuchilladas a su expareja Sacramento Roca en Palma declaró por primera vez tras el crimen para negar haber acosado a la víctima. "Iba a Conforama para comprar muebles", aseguró sobre sus visitas a la tienda de muebles en la que trabajaba la mujer, donde acabó matándola. Pantoja intentó justificar también las llamadas y mensajes a Roca, alegando que contactaba con ella para resolver asuntos comunes, como el alquiler del piso en el que habían convivido. También rechazó haber pinchado las ruedas del coche de su expareja y rayado el vehículo de una compañera de trabajo de esta.

El acusado fue trasladado por la Policía Nacional desde la cárcel de Palma a Vía Alemania, donde se cubrió la cabeza con una capucha que solo se quitó para la declaración judicial. Pantoja compareció durante poco más de diez minutos en el juzgado de violencia sobre la mujer número 2 de Palma, que investiga la denuncia por acoso presentada por Roca cuatro días antes de ser asesinada. Pantoja negó todas las acusaciones, respondiendo de forma escueta, incurriendo en varias contradicciones y diciendo que no recordaba algunas cosas, según fuentes conocedoras de su declaración.

El hombre trató de justificar su comportamiento durante el mes transcurrido desde la ruptura de su relación con Sacri hasta el asesinato. Sobre sus reiteradas visitas a la tienda en la que trabajaba la víctima, relatadas tanto por la mujer como por numerosos testigos, llegó a decir que eran "para comprar muebles".

Pantoja admitió haber contactado varias veces con su expareja tras la ruptura, pero negó también que se tratara de una situación de acoso para reanudar la relación. Según su versión, tenían asuntos pendientes que resolver, como el alquiler del piso donde ambos habían convivido durante casi un año junto a sus respectivas hijas. Además, el acusado descartó ser el autor del ataque al coche de Roca, que unos días antes del asesinato encontró tres ruedas pinchadas. También se desvinculó de los daños causados al vehículo de una amiga de Sacri, quien también presentó una denuncia manifestando sus sospechas sobre Pantoja, que habría actuado como venganza por no darle información sobre su expareja. Finalmente, el acusado negó haber colgado en Palma carteles de carácter sexual con el número de teléfono de Roca.

Rafael Pantoja declaró en calidad de investigado por un delito de acoso, fruto de la denuncia que su expareja presentó el 12 de noviembre en la Jefatura Superior de Policía de Palma. "Me siento acosada", sentenció la mujer tras detallar todos los episodios que hoy ha negado el hombre. La denuncia fue remitida a la Unidad de Familia y Mujer (Ufam), donde consideraron que no se trataba de un caso de violencia machista y lo remitieron al juzgado de guardia como un asunto de daños intencionados. Sacri se marchó de la comisaría sin que se analizara su nivel de riesgo ni se le ofrecieran medidas de protección.

Cuando el asunto llegó a Vía Alemania, se llegó a otra conclusión y se remitió a un juzgado de violencia sobre la mujer. Allí llegó un día antes de que Pantoja matara a cuchilladas a la mujer sin que se hubiera realizado diligencia alguna sobre su caso. Tras el asesinato, la Policía ha abierto un expediente a la agente que decidió no tramitar la denuncia como un asunto de violencia machista. Esta funcionaria y el jefe de la Ufam han sido relevados de sus puestos.

Pantoja fue citado ya para el viernes por el juzgado de violencia sobre la mujer número 1, que ha asumido la investigación del asesinato. En esta comparecencia se le comunicará que el asunto se tramitará por la ley del jurado y la fiscalía y las acusaciones concretarán los cargos que le imputan.

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